'LOS NUESTROS' LLEGA AL TEATRO VALLE INCLÁN

Lucía Carballal: «Hay emociones que se transitan mejor de manera conjunta»

El pasado y el futuro se miran de frente gracias a la historia de esta familia sefardí

Luna Paredes

Lucía Carballal mira a los ojos de verdad. Escucha atentamente. Es pausada. Se detiene a argumentar sus pensamientos, y lo hace con claridad. Tiene la capacidad de crear un espacio confortable en el que charlar sin prisa.

Y esto lo hace en un momento de caos absoluto: ensayando en la sala, con todo un equipo a sus espaldas esperando instrucciones, con los nervios lógicos que se instalan en el vientre de todo creador cuando está dándole forma a su obra. A pesar de ese caos y de ese ruido, Lucía se detiene para charlar con amor y calma.

Y en ese momento de pausa habla de Los nuestros, escrito y dirigido por ella y que llega al Teatro Valle-Inclán del 21 de febrero al 6 de abril.

El espectáculo, que está coproducido por CDN y el Teatre Nacional de Catalunya, cuenta el duelo de una familia sefardí (protagonizada por Miki Esparbé, Marina Fantini, Mona Martínez, Manuela Paso, Ana Polvorosa y Gon Ramos; junto a los niños Alba Fernández Vargas y Vera Fernández Vargas, Asier Heras Toledano y Sergio Marañón Raigal). Y hasta ahí vamos a leer: el resto nos lo cuenta su dramaturga y directora, Lucía Carballal.

Lucía Carballal escribe y dirige 'Los nuestros'.

Lucía Carballal escribe y dirige ‘Los nuestros’.

¿Cómo estás? ¿Cómo está yendo el proceso de montar Los nuestros?

Estoy muy contenta. Ahora estamos en el momento de adaptar a la sala todo lo que hemos estado descubriendo en los ensayos. Es un momento bonito con el elenco y con el equipo. Enfrentarme a la sala grande para mí es muy excitante, porque es una escala muy diferente a la de La fortaleza por ejemplo, que era un espectáculo muy pequeño, muy intimista.

Cuéntame, ¿por qué has creado a esta familia?

Tenía muchas ganas de escribir una obra de teatro sobre una familia. Como espectadora siempre he disfrutado mucho las ficciones que giran en torno a las familias; es un tema que siempre me ha interesado. Tengo la sensación de que es la familia casi un género en sí misma. Y pensaba que era muy difícil escribir algo nuevo sobre esto. También apareció la necesidad de abordar esto justo ahora, que tengo cuarenta años, los padres a esta edad o no están o se hacen mayores, se plantea con más fuerza las preguntas en torno a qué significa tener hijos o no haberlos tenido… Se traza un poco esa idea de árbol genealógico hacia el pasado y hacia el futuro. Y se genera una mirada un poco más panorámica sobre la vida y la familia.

¿Y por qué la familia es sefardí?

Mi mujer es judía: es de una familia de origen judeo-marroquí, originaria de Tánger y que regresó a España en los años 60. La historia de mi familia política siempre me había parecido muy atractiva. Y siento que es desconocida la relación de España con esta comunidad judía.

Esta familia está celebrando el duelo, ¿no? Cuéntanos más sobre esta tradición.

Sí, esta es la excusa narrativa. En la cultura judía, cuando muere un familiar existe la tradición de celebrar el duelo durante siete días. Durante siete días los familiares más directos tienen que convivir para procesar el duelo juntos. La vida se tiene que parar para poder procesar la pérdida.

La vida se tiene que parar para poder procesar la pérdida.

Y en este caso, los personajes de la obra se reúnen para procesar la pérdida de la abuela.

Sí, de la matriarca, que de alguna manera representaba el último vestigio de esa vida anterior en Tánger. Con la muerte de esta mujer se cierra una etapa de esta familia que tiene que ver con el origen, con la identidad de toda la familia. Y eso genera un impacto sobre las vidas de todos ellos.

Miki Esparbé y Ana Polvorosa en 'Los nuestros'.

Miki Esparbé y Ana Polvorosa en ‘Los nuestros’.

Ese ritual judío del duelo, ¿te ha hecho plantearte la importancia del rito hoy?

Sí. Me interesa mucho esta tradición del avelut (luto judío), porque implica que hay emociones que se transitan mejor de manera conjunta, compartidas con los demás. Tendemos a pensar que las cuestiones más íntimas forman parte de lo individual, cuando en realidad compartimos la mayor parte de los procesos emocionales con los demás. Es decir: nos pasan cosas parecidas y a lo mejor los rituales nos dan la oportunidad de transitar colectivamente las cosas. En este sentido, creo que la celebración de un avelut y la celebración de un acto teatral se parecen bastante.

¿Crees que es importante apoyarnos en «los nuestros»?

La obra se plantea la pregunta de hasta qué punto la familia de origen puede seguir siendo nuestro pilar. Prefiero decir «familia de origen» porque a veces no es biológica, no tiene nuestro ADN.

A veces tenemos muchas ganas de separarnos de nuestros familiares para evolucionar. Pero, de alguna manera, la vida siempre acaba colocándote ante la pregunta de cómo funcionan esas relaciones y cuál es su importancia. Es como si estuviésemos abocados a comprender, una y otra vez, que la familia es el lugar al que inevitablemente regresaremos, aunque sea de forma conflictiva. No es tan fácil dejar a la familia atrás. Me parece interesante pensar qué pasa con los vínculos que no elegimos, que nos vienen dados. Y cómo podemos hacer para seguir manteniéndolos vivos y poder cambiar y crecer sin dejarlos atrás.

No es tan fácil dejar a la familia atrás.

¿Y tienes respuestas a eso?

No. [Risas]. Pero en la función hay una búsqueda de mirada hacia el futuro. Los personajes se encuentran con el peso del pasado y acaban entendiéndose juntos solo mirando hacia delante.

Porque lo que ocurre en la función es que el personaje de Pablo, interpretado por Miki Esparbé, llega a esta casa acompañado por su mujer [interpretada por Ana Polvorosa] con el plan de tener un hijo. Es decir, que en este marco de duelo y de despedida lo que se está poniendo en juego en realidad es la llegada de una nueva vida. La existencia de proyectos de futuro. Es el momento de cambio de ciclo de una familia. Una generación desaparece y se está poniendo en juego la posibilidad de que llegue la siguiente. Todo el rato le digo a los actores que la obra sucede en una especie de limbo en el que algo no ha terminado de morir y lo nuevo todavía no ha llegado a nacer. Y cada personaje se encuentra en un momento de tránsito, para compartir juntos ese duelo.

Imagen de Los Nuestros de Lucía Carballal

La escenografía de ‘Los nuestros’ es creación de Pablo Chávez.

En este espectáculo, en el que hablar de compartir tiempo, imagino que la música es fundamental. ¿Cómo es el espacio sonoro que crea Irene Novoa?

Estamos todavía trabajando en ello, pero Irene está haciendo unas músicas bellísimas que tienen que ver con la búsqueda de un sentido de trascendencia. La obra transcurre en términos bastante cotidianos y la música ofrece la posibilidad de elevar algunas de esas sensaciones. Hay cosas muy sencillas que vivimos todos los días a las que, en el momento, no damos ninguna importancia, pero con el tiempo se convertirán en recuerdos muy valiosos. De alguna manera, la música ofrece esa lectura.

¿Y sobre la escenografía qué puedes contar?

La escenografía la ha hecho Pablo Chávez y está diseñada a partir del concepto de memoria. Él plantea un gran tótem central que recopila la memoria familiar. Una familia que, como casi cualquier familia judía, ha tenido que exiliarse, ha vivido en varios países y de alguna manera está siempre con la casa a cuestas. Esa memoria se sitúa en el espacio y lanza la pregunta de cuánto hay de museístico y cuánto de útil en nuestros recuerdos.

Lucía, ¿quiénes son «los tuyos»?

«Los míos». Pues mira, como estoy en pleno proceso de ensayos, te diría que es la gente de este equipo. Yo no tengo hijos, pero le he oído a las madres que de un parto a otro se te olvida lo que sucede. Creo que el teatro es un poco igual: son procesos tan difíciles, con tantas incertidumbres, que se te olvida siempre cómo gestarlos. Y yo con este equipo me siento muy acompañada. Pero también es un proyecto que está haciendo darle aún más importancia a la existencia de mi familia. Del privilegio que es tener una familia.

Dime una frase de la obra que te guste.

«Uno no forma parte de una familia hasta que no puede hablar sobre sus muertos».

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Escrito por

Hablo de teatro porque conozco bien sus tripas. Creadora de contenidos editoriales y redactora de la Revista Teatro Madrid.

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