‘Una madre de película’, desde el 9 de enero en el Teatro Bellas Artes
En 2024, películas como Mamífera (Liliana Torres), Rita (Paz Vega), Verano en diciembre (Carolina África) y Salve María (Mar Coll) supieron mostrar más sombras que luces sobre el deseo, la realidad o la idealización de la maternidad. En este 2025, puede que el propósito de muchas mujeres sea el de ser Madres. Si lo cumplen, podrían ser Una madre de película y equivocarse cuando nadie las ve o una de esas Madres imperfectas tan criticadas en cualquier ámbito social. Sea como sea, hasta La madre que me parió querrá ir al teatro a conocerlas.
Toni Acosta afronta su primer monólogo teatral en el Teatro Bellas Artes. Lo hace con una obra escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio, en la que se convierte en Eva María, quien recibe un audio de su hijo Nicolás con una misión urgente: entrar en su habitación y buscar en el cajón superior izquierdo de su mesa una carpeta roja con un documento que necesita. “La madre que vemos en Una madre de película es muy posesiva, muy controladora. Sin darse cuenta —porque creo que lo ha hecho con una buenísima intención— ha centrado toda su vida en el cuidado de su único hijo. Cuando este hijo se va fuera a estudiar, se tiene que enfrentar, muy pronto, a un nido vacío. Normalmente hay más tiempo para prepararse, para incluso ‘hartarse’ del hijo y, sin embargo, le pilla totalmente desprevenida”, comenta la actriz.
El Teatro Lara mantiene en su cartelera Madres y La madre que me parió. Elena Díaz Barrigón es autora, directora y una de las actrices de la primera propuesta, una comedia desesperada en la que cinco mujeres se quedan encerradas en la sala de espera de un colegio. “Son 5 mujeres que explotan las verdades: una madre muy conservadora y más tradicional; una madre que lucha por mantener su carrera profesional y estar con sus hijos encarnando el imposible milagro de la conciliación; una madre sola, partidaria de la educación consciente, cero azúcares y cuidado emocional; una embarazada, que encarna todas las dudas, miedos y preguntas, y una madrastra que eligió no tener hijos propios”. En el mismo escenario, pero en plena boda rodeada de sus amigas y acompañada de su madre, Ana Villa protagoniza La madre que me parió, en la que todas “son tan desastrosas con ellas mismas como perfeccionistas con las demás. Tienen un ideal de madre-hija imposible de alcanzar que les genera una continua frustración. La obra va de aceptarnos las unas a las otras y podernos reír de nuestras diferencias”.
Y en paralelo, Susana Hernáiz y Mónica Caballero protagonizan en los Teatros Luchana Madres imperfectas, una obra que recopila monólogos, scketches de humor y números musicales para que nos riamos de las aventuras y desventuras diarias de esas mujeres y madres que creían que tener hijos estaba chupado. “Reivindicamos el derecho a equivocarnos, a estar mal un día, a poder dedicarnos más tiempo sin sentirnos culpables”, defiende Hernáiz. “Mostramos a Pepa y Carmen, con las que te puedes identificar tanto en momentos puntuales, como en su totalidad”, remata Caballero.
‘Madres’ en el Teatro Lara, con texto y dirección de Elena Díaz Barrigón
Con estas cartas puestas sobre la mesa, charlamos un poco más con todas ellas para ver qué tiene en común y qué no estas obras cuyo cordón umbilical es la maternidad desde diferentes perspectivas.
¿De qué nos deberíamos reír más en torno a un tema tan importante como la maternidad?
Toni Acosta: A mí me parece sanísimo reírse de uno mismo y, en concreto, la maternidad en la vida moderna da para muchas risas. Creo que estamos metidas en una vorágine de vida en la que luego tienes que encajar la maternidad, cuando antes era al revés; estaba la maternidad y luego la vida que nos rodea. Me gusta mucho reírme del ideal de la madre perfecta. Creo que deberíamos perdonarnos más el no llegar a todo.
Elena Díaz Barrigón: Somos partidarias de reírnos de nuestras expectativas, de la de cumplir con una perfección inalcanzable. La risa tiene un poder tremendamente liberador y la culpa ha de ser liberada.
Ana Villa: No lo sé porque no soy madre. Pero a las compañeras que tienen hijas las veo tan cansadas cuando estas son pequeñas y tan preocupadas cuando son mayores, que no sé si les queda mucho tiempo para reírse, aunque cachondearse en casa (sin hacer sangre) creo que es de lo más sano que hay.
Susana Hernáiz: De todo. Lo tratamos con sentido del humor, con el máximo respeto, quitando hierro a todo lo que nos ha producido agobio durante nuestra propia maternidad. Lo compartimos para que pese menos. Todo con una sonrisa es siempre mejor.
Mónica Caballero: Sin duda, de nosotras mismas. De lo equivocadas que estamos al querer abarcarlo todo; es imposible, innecesario. Como decimos en un momento de la obra: “Al final de todo, ellos están mejor si te ven realizada”.
Ana Villa protagoniza ‘La madre que me parió’ en el Teatro LaraSiento que hemos crecido con el mito de la madre perfecta y ahora está en auge el rol de esposa perfecta (movimiento tradwife). ¿Cómo vives todos estos cambios y críticas de la sociedad hacia algo tan personal como ser madre (o no serlo) y de qué manera crees que el teatro puede ayudar a acabar con ese mito?
Toni Acosta: Creo que vivimos en una sociedad en la que cada uno elige, por lo que no considero que estén de moda las tradwife. Es una corriente que existe, pero yo no sigo a ninguna. Todo lo contrario, lo que considero que lo que se ha puesto de moda, y es una corriente maravillosa, es desmontar el mito de la madre perfecta. Para mí, siguen muy de moda el fenómeno Malas Madres, con Laura Baena, haciendo siempre unas reivindicaciones maravillosas sobre conciliación, equipo, corresponsabilidad en la pareja, etc. Considero que está mucho más de moda desmontar a la madre perfecta que la propia madre perfecta.
Elena Díaz Barrigón: Cada vez hay más mujeres dando voz a nuestros relatos en primera persona y eso es profundamente transformador. La maternidad ha sido idealizada, entre otras cosas, porque generalmente no ha sido contada por nosotras mismas. La madre perfecta no existe. Es parte de la presión social a la que nos vemos sometidas las mujeres para mantener un rol complaciente hacia el hombre. Nuestra función muestra las diferentes capas de exigencia que tienen las distintas madres hasta que juntas se van quitando las máscaras y conectando con sus propias verdades como mujeres. Hay una mujer distinta debajo de cada madre. Además, lo hacemos con muchísimo humor. La risa como motor del cambio, como fuente de liberación.
Ana Villa: En lo que respecta al tradwife o tradmother, como se dice en Asturias, “que cada una haga de su capa un sayo”. Si te hace feliz hacerle pasteles a tu marido y tener 14 hijos pues adelante, pero no te manifiestes gritando “asesina” delante de una clínica abortiva, ni insultes a personas trans diciéndoles que Dios las convencerá para no transicionar, ni te desgañites contra los derechos adquiridos por las personas LGTBI+. El teatro es un espejo que puede deformar la realidad para que el extraño, el diferente, el otro nos parezca más inofensivo y así, se nos vaya el canguelo. El teatro ridiculiza nuestros miedos.
Susana Hernáiz: Si además de madre perfecta hay que ser esposa perfecta ya es para morirse… de la risa. Cada una que lo haga como quiera o como pueda, que bien hecho estará.
Mónica Caballero: Exacto. Por eso hablamos de “madres imperfectas”, para reivindicar la imperfección. Queremos romper esa lanza para sentirnos más a gusto en nuestra piel. Porque estamos cansadas, físicamente y anímicamente, luchando con ese monstruo de la “Súper perfecta” que puede con todo… y no es verdad. Al final eso los pasa factura, porque nos dejamos para lo último.
Susana Hernáiz y Mónica Caballero protagonizan en los Teatros Luchana ‘Madres imperfectas’
Algo que no te gusta que digan de la maternidad / las madres.
Toni Acosta: Me molesta bastante que hable sobre la maternidad gente que no la ha vivido. A veces, escucho a mujeres jóvenes, o no tan jóvenes, hablando de la maternidad y me planteo si lo hacen desde la experiencia o no… y me gusta decirlo porque creo que una descubre el tipo de madre que es cuando es madre. Antes de serlo, fantaseas con una idea que muchas veces se traduce en tragarte tus propias palabras cuando te toca a ti lidiar con todas las dificultades. Básicamente, me gusta escuchar a personas que hablan desde la experiencia, me encanta hacerlo.
Elena Díaz Barrigón: Lo que no me gusta es el exceso de opinión, la sentencia sin pregunta previa, los consejos a la ligera. Con las madres ocurre una cosa tremenda; todo el mundo sabe lo que tienen que hacer. Si tienes que dar el pecho, si tienes que dejar de darlo, si tienes que cogerle en brazos, si tienes que dejarle llorar un poquito más. Si tienes que tener hijos, si es mejor no tenerlos… Basta. Somos una red y juntas somos más fuertes.
Ana Villa: Si no tienes hijos, ¿a quién se lo vas a dejar todo? / ¿Qué todo, mamá? ¿Qué todo?
Susana Hernáiz: La maternidad es algo maravilloso, único, un acto de generosidad bestial. Lo que no me gusta son los que te rodean y te dicen cómo hay que hacer las cosas y cómo hay que vivirla. Y por su puesto, bravo por quien elige ser madre y por la que no.
Mónica Caballero: Que somos unas víctimas, siempre quejándonos… Es por eso que nuestro cabaret no tiene ese tono de queja, sino que es una reflexión, con mucho humor, con música… porque, como decía Mary Poppins, “la pastilla, con azúcar, entra mejor”.
Y tú, ¿con qué madre vas a ir a reírte al teatro?
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