EN LOS TEATROS LUCHANA HASTA EL 30 DE NOVIEMBRE

Miguel Ángel Solá: «El teatro es el público»  

La búsqueda del amor de pareja se torna un imposible para la mayoría de las personas y no será menos para los protagonistas de esta comedia romántica 2.0.

Noelia Perez

Las cosas son como somos, llega a la sala 2 de los Teatros Luchana para cambiarnos los esquemas sobre la distancia, las relaciones humanas y las redes sociales. Una comedia en la que dos amigos se cuentan sus encuentros de Tinder, a la vez que se acompañan en la distancia.

Hablamos con Miguel Ángel Solá (coautor y actor), Diego Casado Rubio (director) y Paula Cancio (actriz).

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Miguél Solá con Paula Cancio en ‘Las cosas son como somos’

Es la primera vez que vemos Las cosas son como somos en Madrid. ¿Cómo os sentís con estas primeras funciones?

Paula: Nos sentimos cada vez más cómodos, con más confianza en un género para nosotros completamente nuevo, muy distinto a todo lo que hemos hecho hasta el momento. Era un gran desafío cuando se nos planteó la forma en la que íbamos a encarar este proyecto. Creo que a lo largo de las funciones, en ese encuentro con el público, vamos descubriendo los secretos de la función.

Miguel Ángel: Exacto, el teatro es el público.

¿Habíais trabajado antes juntos?

Diego: Miguel Ángel Solá y Paula Cancio vienen trabajando juntos hace mucho tiempo. Y, ahora, estaban buscando hacer una nueva obra.

Paula: Sí, Miguel y yo llevamos doce años trabajando juntos. HicimosTestosterona; luego en Argentina hicimos Doble o nada y El diario Adán y Eva; y ahora estamos con Las cosas son como somos.

¿Cómo os encontráis los tres?

Diego: A mí me convocaron ellos como director. Directamente me llamaron Paula y Miguel. Contactaron conmigo, querían que yo le diera teatralidad al texto y aportar a la obra la visión que tengo sobre el teatro.

Paula: Cuando terminamos con Doble o nada, pensamos en varios textos, no sabíamos con cuál quedarnos, pero sabíamos que estaríamos en escena los dos juntos de nuevo. Queríamos algo que además rompiera completamente con lo que veníamos haciendo. A partir de ahí, la continuidad fue muy natural, o sea, habíamos pensado en un principio en Diego para otro proyecto y le ofrecimos este nuevo proyecto. Teníamos ganas de trabajar con él, con su forma y con su concepción del teatro, con esta forma tan nueva y con esa impronta cinematográfica que tiene. Teníamos muchas ganas de trabajar con él y así fue.

Miguel Ángel: Fue buena elección, es un tipo rarísimo. Raro siempre es bueno, ¿no? Hicimos muy buenas migas con él, pero desde el punto de vista personal y laboral fue difícil el trabajo. Y creo que nos vamos acercando a lo que él espera.

Miguel Ángel, eres actor y coautor de la obra, ¿cómo nace este texto?

Miguel Ángel: Es un texto de Jorge Dyszel, que es un amigo mío. Es una novela que se llama Match for Love y está basado en sus experiencias en Tinder. Yo desconocía por completo la aplicación y es más, al principio la llamé Kinder. Bueno, me fui enterando por la novela. Y me preguntó si lo ayudaba a convertirla en una obra de teatro, y así hicimos. Apareció Diego y se apropió del texto, lo mezcló y lo cortó. Hizo lo que quiso y terminó haciendo este espectáculo que en su génesis estaba hecho para, casi digamos, ser leído. Y para colocar todo lo que él imaginó que terminaría siendo el espectáculo que estamos haciendo y que a la gente por ahora le va gustando mucho.

Diego, cuando llega este texto a tus manos, ¿qué es lo primero que piensas?

Diego: Pensé que es una obra moderna. Que tenía que aportarle mucha teatralidad, entendiendo teatralidad como ponerlo en escena porque una cosa es un texto escrito para ser dicho, y otra cosa es cómo se mueven los cuerpos. Entonces desde el primer momento dije, qué obra más moderna y qué actual para hablar de las relaciones de pareja a través de Tinder con una diferencia de edad. Los dos personajes, el personaje de Leyva, que es el que interpreta Solá, tiene 70 años y luego el personaje de Paula tiene 30 y pico. Son dos amigos que se van contando sus citas de Tinder. Esto es lo que leí en el texto y me parecía que era moderno. Lo que quise hacer con la puesta en escena es otra cosa que si quieres te la cuento.

Claro, por supuesto.

Diego: Le quise aportar a ese texto la brecha generacional con la tecnología. La distancia que hay, cada personaje vive en un país distinto y hoy eso no es un problema. La tecnología nos acerca pero a la vez estamos más lejos que nunca. Somos más distantes. Ese tipo de contacto físico, la obra tiene erotismo y sexualidad, los personajes buscan encuentros sexuales, básicamente lo que pasa en Tinder. En las aplicaciones se busca el amor pero en realidad se termina teniendo el encuentro sexual primero y el amor por ahí nunca aparece, ¿no?

Antes era al revés, en la generación de mis padres. Totalmente al revés. Primero te conocías, y hasta que se encontraban en la cama pasaba un montón de tiempo. Ahora es al revés, te encuentras en la cama y luego a ver si surge algo, ¿no? Entonces, eso genera vacío y soledad. En ambos personajes, que eso no estaba en el texto y eso es lo que aporté.

«Tenemos muchas herramientas hoy para generar una falsa realidad de acercamiento».

Has comentado que en la obra hay temas como la distancia, la comunicación a través de las pantallas y las aplicaciones, ¿crees que en la distancia podemos sentirnos más cerca?

Diego: No, yo creo que la distancia siempre nos aleja, siempre, siempre. Tenemos muchas herramientas hoy para generar una falsa realidad de acercamiento. Ves fotos de personas que cuando las ves en realidad no son así, es una proyección irreal de lo que queremos ser, no de lo que somos. Mira, me enojo. Me apasiona el tema, ¿eh? Y esto está en la obra. Todo este entramado, por ejemplo, los actores no se miran nunca.

Hay una frase que me encanta del personaje de Leiva, que dice: «¿Qué voy a hacer con mi soledad? Si me comprometo con alguien, ¿qué voy a hacer con mi soledad, si es lo único que tengo propio?». Claro, porque estamos acostumbrados cada vez más a estar cada vez más solos, porque nos creemos que estamos acompañados con la inmediatez de la tecnología, pero estamos solos. Estamos en un momento del mundo muy individualista. Es muy loco, es muy loco.

Y a pesar de todo esto, la obra es una comedia, ¿cómo lo planteáis en la escena?

Diego: Es una comedia porque el humor está puesto en las vicisitudes que pasan con desconocidos para ver si encuentran el amor, entonces les pasan cosas y está basado en hechos reales. Son historias reales de Tinder.

Miguel Ángel: Es una comedia que pica, que está todo el tiempo, en la que subyace un dolor que es el dolor de no estar. De no estar presente en la vida del otro. Esta comedia es más el juego que plantea Diego que la comedia en sí, porque la comedia no está depositada solamente en las palabras y además lo es por lo que se van contando al ir creciendo.

Paula: Creo que es una comedia con muchas capas. Cuando termina la función necesitas un tiempo para posar lo que has visto. Necesitas un poco pausar y ver cuáles son las capas que te han tocado. Porque sales movilizado, sales distinto.

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Las cosas son como somos es un espectáculo de Miguel Ángel Solá y Jorge Dyszel, dirigido por Diego Casado.

¿Por qué debería el público ir a ver esta obra?

Diego: Primero, porque se van a sentir interpelados, identificados en algún punto de la obra. La propuesta de la obra es disruptiva. El espectador va a sentir emociones, incomodidad, emoción, nostalgia, risa… va a sentir un montón de cosas. Es un viaje emocional. No es solo una comedia, también se convierte en un viaje que te interpela en algún momento. Sí, que el espectador se entregue a la propuesta para reírse y emocionarse, que no es solo risa, también hay emoción.

Miguel Ángel: Porque sí. Hay razones que el corazón no entiende. Porque sí.

Paula: Yo creo que debe venir a verla porque se va a sentir muy identificado. Va a ser una muestra más de que el teatro es un espejo de la vida. Y va a salir distinto de cómo entró.

¿Cómo resumirías la obra en tres palabras?

Diego: Una propuesta diferente, moderna y muy divertida.

Paula: Una obra necesaria.

Miguel Ángel: Elija tres palabras, cuando se vaya.

«Las cosas no son como son. No, nadie vemos las cosas como son, sino como somos»

Y, para terminar, ¿las cosas son como somos?

Paula: Las cosas no son como son. No, nadie vemos las cosas como son, sino como somos. Siempre las vemos filtradas por nuestros propios filtros, por nuestra visión del mundo, la educación recibida. Nuestras propias experiencias, esas son las gafas que nos ponemos para ver la vida, para ver a las personas. Por eso nunca las cosas son como son. Las cosas son como somos, siempre.

Miguel Ángel: Yo creo que, si sentimos, pensamos, hacemos y decimos de una manera íntegra, en el momento en que las cosas sucedan, las cosas sí son como somos.

Diego: Sí, son como somos. El dicho es: «las cosas son como son», la vuelta de tuerca de la obra es que las cosas son como somos, es decir, las cosas cambian según vamos siendo. Eso sería.

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Escrito por

Actriz, directora, dramaturga y docente. Graduada en Filosofía (UCM) y Arte Dramático (RESAD). Siempre haciendo preguntas y siendo curiosa por lo que me rodea.

Dirijo mi propia compañía teatral, Evogía, para seguir creando, renovando clásicos y acercando el teatro y la filosofía a cualquier persona.

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