ENTREVISTA

Oriol Pla: «El teatro es todo lo que rodea el teatro. Es el compañerismo y la locura»

La familia Pla-Solina mezcla vida, familia y teatro en la aplaudidísima 'Travy', que llega al Teatro de la Abadía de Madrid tras agotar entradas en Barcelona.

La familia Pla-Solina nos recibe en su casa de Olesa de Montserrat. Es una mañana soleada de invierno, y su perro se une a la conversación. En esta familia de artistas, formada por los capcómicos Quimet Pla y Núria Solina, y los vástagos Oriol y Diana, todo respira un aire casero. Ese mismo aroma desprende Travy, la aclamada creación que, con humor, trata del teatro, la vida y la familia. Se estrenó en el Teatre Lliure de Barcelona en 2018, ha agotado entradas en todas sus temporadas y ahora llega al Teatro de la Abadía de Madrid hasta el 2 de febrero. El espectáculo y la familia permanecen inalterables a la gran eclosión actoral de Oriol Pla, que vive un momento dulce tras el reconocimiento y la popularidad gracias su trabajo en proyectos como Yo, adicto (2024), Girasoles salvajes (2022) o Salve María (2024)

Teatro Madrid: La familia al completo, de nuevo

NÚRIA: Mi primera sensación fue pensar: “Volvemos a los orígenes; otra vez los cuatro hacemos algo juntos”. Travy es una propuesta muy bonita y muy sincera.

QUIMET: Ahora somos los padres quienes colaboramos con los hijos; antes era al revés. Es una manera de cerrar el círculo.

ORIOL: La idea rondaba desde que éramos pequeños. Yo escribía escenas de obras familiares, pero cuando tenía ya 12 años o algo así, trabajábamos juntos. Nos imaginábamos haciendo una obra en un teatro, porque siempre habíamos hecho teatro de calle. El Teatre Lliure de Barcelona me dio carta blanca para crear, y lo que más me resonaba —e incluso dolía— era algo relacionado con la familia. Sentía la necesidad de contar, compartir, entender y comprender todo este viaje vital que hemos tenido. Desde nuestro punto de vista como hijos, es bastante curioso.

¿Costó convencerlos?

ORIOL: Quedar con mi familia costó unos cuatro meses. ¡Quedar para comer! No solemos vernos… Solo si tenemos que ensayar. Si no, nos vemos de bolo. Nos olvidamos de los cumpleaños… Además, estábamos en un momento en que nuestros caminos se estaban separando. Cada uno empezaba con sus cosas. Hasta entonces, la compañía familiar Teatre Tot Terreny tenía espectáculos, pero comenzaba a disiparse.

Quimet Pla: «En España no se le da suficiente importancia al cuerpo»

Interpretarse a uno mismo no ha de ser cómodo.

QUIMET: Fuimos descubriendo sobre la marcha que nos apetecía hacer una retrospectiva de nuestra forma de ser, de vivir y de entender el teatro desde otro punto de vista.

NÚRIA: Fue muy cómodo porque aceptaban todas las propuestas. Toda la locura que planteábamos la asumían.

QUIMET: Hasta el final no fuimos conscientes de que era una historia sobre nosotros mismos. Es la historia de un grupo de teatro, pero, en definitiva, es una familia. Hay un tarannà, una forma de expresarse que es típica nuestra, eso sí.

DIANA: Cuando empiezas a crear desde lo que te pasa realmente, es muy difícil no irte al metateatro. Queríamos hablar de nuestra verdad y esta familia nos enseñó a crear desde la humildad de lo que tú eres, de lo que tienes y de lo que sabes.

ORIOL: Contar la historia de una familia que hace teatro —la nuestra— se convierte en una creación muy procesual, ese término que popularizó Pina Bausch. Es decir, hacemos un espectáculo, y la misma historia de la creación se convierte en el material. Nos hemos dejado llevar entre la voluntad narrativa y lo que surgía en la sala de ensayo.

A vosotros os caracteriza un lenguaje escénico más corporal, con presencia del clown y el circo. ¿Cómo veis estas disciplinas en España?

QUIMET: Actualmente, el teatro español se basa mucho en el texto y el autor. La inmensa mayoría es de autor. Al margen está el teatro de expresión corporal, que también está más ligado al circo y a la herencia de la comedia del arte, con el uso de la máscara. Que yo sepa, no se utiliza mucho ni se enseña demasiado en las escuelas. Si quieres aprender comedia del arte, tienes que ir a Italia. Y si quieres formación en expresión corporal, tienes que ir a Lecoq, en Francia, donde este trabajo está más actualizado. En España no se le da suficiente importancia al cuerpo.

Quimet Pla en ‘Sol, solet’ de la compañía Comediants (1978)

Quimet fue uno de los fundadores de la mítica compañía Comediants y Núria, de Picatrons, ambas pioneras en importar a nuestro país el teatro de calle. Luego fundasteis vuestra propia compañía, Teatre Tot Terreny. Hoy los jóvenes apuestan menos por las compañías.

NÚRIA: Es muy difícil crear una compañía. Antes era más fácil porque te juntabas y hacías. No había permisos, ni IVA, ni facturas electrónicas. La creación era más casera: “Nos juntamos, hacemos y creamos”. Ahora cuesta mucho; es súper caro y ruinoso. Esto frena la creatividad. Hoy esperas que te llamen, pero no funciona así. Tienes que crear tú mismo. Eso es lo que más falta hace.

Oriol Pla: «Se ha perdido la idea de la compañía, esa parte pesada del teatro, pero también la parte lúdica.»

QUIMET: En los años 70 y 80 había un poso hippie y una manera de entender la vida y el arte… Bob Dylan… Ahora necesitas un presupuesto, producción, dinero, mucho dinero. Y tienes que pedirlo, que te lo den, que te subvencionen, y ya estás en deuda. Esa deuda solo pueden asumirla las grandes compañías. Las demás, de tanto poner dinero de su bolsillo, acaban agotadas y desaparecen.

NÚRIA: Nosotros siempre hemos trabajado con creación propia, totalmente independientes, sin presupuesto. Partíamos de las ganas de crear y nada más. Ahora se ha perdido un poco la artesanía. Aunque las pases canutas, da igual: tú haces, fracasas y vuelves, porque es lo que te gusta. Al final, igual sale algo.

‘Absenta’, credao por Quimet Pla y Núria Solina con la compañía Tot Terreny

DIANA: Es mucho más difícil ahora que cuando empezaron nuestros padres. Cuando era pequeña soñaba con una vida que, ahora me doy cuenta, no puede ser. Con seis años, soñaba con la furgoneta que tendría, los espectáculos que haríamos, la compañía que crearíamos, cómo viajaríamos por el mundo. Fácil. Eso era lo que habíamos visto en el Circ Cric, los Galindos y otras compañías. Pero ya no funciona así. No es fácil.

ORIOL: Es culpa de un sistema económico, burocrático, administrativo y cultural. Antes había locales en barrios que ahora son imposibles de pagar. Había una facilidad para ocupar espacios públicos. Hoy, si eres joven y quieres ser actor o actriz, ¿por dónde empiezas? ¿Abriéndote un Instagram? Vaya mierda. Se ha perdido la idea de la compañía, esa parte pesada del teatro, pero también la parte lúdica.

DIANA: La putada es que se está confundiendo el teatro con la fama.

ORIOL: Parece que si no tienes un éxito tremendo, no existes. Poca gente conecta con tener un espectáculo pequeñito.

Oriol Pla: «El trabajo del poeta es poner la duda sobre la mesa, no capitalizarla y menos señalarla»

Así también se pierden las voces propias. Se hegemoniza el discurso en el escenario.

ORIOL: El teatro es un espacio muy político, pero se confunde con un lugar donde disentir conjuntamente, observar la vida y reflexionar sobre ella. El trabajo del poeta es poner la duda sobre la mesa, no capitalizarla y menos señalarla.

TEATRO-MADRID-TRAYY-2

¿Qué habéis descubierto sobre vuestra familia en esta experiencia creativa?

NÚRIA: Que somos un caos. Tenemos una manera de funcionar muy loca, muy de andar por casa. No tenemos muchas reglas. Cada uno hace lo que le viene en gana.

ORIOL: Que no la soportamos.

DIANA: Creo que una de las cosas que más he aprendido es que a los padres no los vas a cambiar. Eso es lo que he aprendido. Y eso le pasa a mucha gente, en realidad. Siempre hay un momento en la vida en el que, cuando te haces mayor, creas tu propia vida. Hay choques con los padres, con las madres y con los hermanos. Y cuesta aceptar que cada uno es como es, independientemente de lo que hayas vivido con esa persona y de todas las cosas que hayan pasado. Cuesta mucho aceptar los cambios en los demás. Y dejar evolucionar a las personas y a la familia en sí.

ORIOL: Aceptar, valorar muchísimas cosas y entender quiénes somos en esencia. Pero esto es muy íntimo. Nosotros somos personas muy fantasiosas. Planeamos hacer algo, y el primer día de ensayo nos damos cuenta de que no somos Peeping Tom ni el Cirque du Soleil. ¿En qué momento pensamos que íbamos a hacer una coreografía perfecta? ¡Somos un caos! Aceptar eso y ver lo bonito de ello está muy bien.

QUIMET: Somos muy de adaptarnos. Siempre hemos hecho de todo, en función de lo que nos pedían: un infantil, algo de calle… El teatro de calle es una gran escuela.

La espontaneidad y la improvisación forman parte de vuestro ADN.

ORIOL: Es un juego que llevamos dentro, ¿no? Seguimos la partitura, pero dentro de nosotros hay un juego que la mantiene siempre viva.

DIANA: Lo que te llega de ‘Travy’ es que es honesto y no pretencioso.

ORIOL: El público se llevará una sonrisa y un corazón caliente.

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Trabajar en familia no siempre es fácil.

DIANA: Lo mejor de trabajar en familia es que estás con la familia.

ORIOL: Y lo peor es que estás con la familia.

NÚRIA: Creando en familia, te quieres más. Sí… te quieres mucho. Y te respetas también. Encuentras límites y dices: “Por aquí no pases”. Pero está bien; es normal en toda relación. Ahora nos conocemos y nos aguantamos más.

QUIMET: Una historia como esta no es habitual. Compartir espacio, escena, ideas y propuestas con toda la familia y dos generaciones no es común. Eso significa que, cuando ellos eran pequeños, lo hicimos bien. Creamos una relación entre nosotros que se ha mantenido en el tiempo. Y eso lo demuestra. Cuando ellos eran pequeños, nosotros los guiábamos, y ahora es al revés: ellos, de mayores, nos guían. Y eso está muy bien, vale la pena.

Núria Solina: « En casa jugábamos a improvisar cuando ellos eran pequeños. No jugábamos al Lego. Estaba permitido romper un plato si era para reírse. Nos reíamos y ya está»

¿Qué importancia tiene para vosotros el legado artístico familiar?

NÚRIA: Traspasar un oficio es una gran riqueza. Poder enseñar a tus hijos el oficio que tú tienes… Hay pocos que pueden hacerlo. El teatro es universal y no tiene edad. En casa jugábamos a improvisar cuando ellos eran pequeños. No jugábamos al Lego. Estaba permitido romper un plato si era para reírse. Nos reíamos y ya está.

QUIMET: Somos artesanos, y la herencia del artesano pasa a los hijos. Los hijos aprenden de los padres artesanos y los superan.

ORIOL: Para mí, el legado artístico tiene importancia, porque el material… Deudas y trastos (ríe).

DIANA: Es la vida entera. Hemos aprendido una forma de vivir y de entender la vida. A tomarnos la vida con humor. Y cosas prácticas, como cargar una furgoneta, que es una lección de vida increíble. La actitud cuando te vas de bolo, cómo tratas a la gente…

ORIOL: Y de qué trata el acto teatral. Todo lo que aparentemente no tiene que ver con el espectáculo. Si el espectáculo es solo una forma económica de comerciar teatralmente… Entonces, ¿qué es el teatro? Para nosotros, es muchas otras cosas: una forma de entender, de vivir, de relacionarse. El teatro es todo lo que rodea el teatro. Es el compañerismo y la locura. Y la locura de cada uno.

Imagen de 'Travy' de Oriol Pla Solina.

QUIMET: Queremos que cuando nos recuerden, se rían. Que digan: “Nos reímos muchísimo. ¡Oh, qué bien! ¿Cómo se llamaban? No lo sé, no me acuerdo. Pero nos reímos”.

NÚRIA: Y contrIbuir de alguna manera a que la gente vaya al teatro con la mente abierta. Tenemos que ser valientes al crear, pero también al recibir.

ORIOL: He conectado mucho con esa lección vital y profesional de mis padres, que no está dirigida, sino que está ahí para ser escuchada: “No te apures tanto, no sufras tanto, no aprietes tanto, pásatelo bien”. Eso es lo único que puedes controlar y lo único realmente importante.

Escrito por

Periodista y gestor cultural. Responsable de contenidos editoriales de TeatreBarcelona.com. Ha trabajo en medios como Catalunya Ràdio, El Periódico de Catalunya, La Xarxa, Ràdio 4 o Rac1.

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