La nueva producción dirigida por Gabriel Olivares, Género de dudas, es una comedia que se disfruta desde el primer minuto… y es que estalla desde el principio con una auténtica bomba dramatúrgica que desencadena todo el conflicto de la obra. El equipo insiste en que ese giro inicial debe mantenerse en secreto: “No podemos contar exactamente el punto principal”, advierte Olivares, subrayando la importancia de que el público llegue “virgen” a la sala.

Pastora Vega y Pablo Carbonell son los protagonistas de ‘Género de dudas’.
La pieza protagonizada por Pastora Vega y Pablo Carbonell, que es una adaptación del texto de la dramaturga francesa J. Rose Parker, presenta a un matrimonio de clase alta, él político en plena campaña electoral y ella, su esposa, atrapados en un acontecimiento inesperado que pone patas arriba su vida pública y privada. La obra juega con versiones de la realidad, engaños y giros teatrales.
Olivares recalca que el objetivo principal es provocar reflexión: “La intención es generar un debate sano, maduro. El teatro puede levantar un espejo a la sociedad”. En ese mismo sentido, Pablo Carbonell apunta a la dimensión social de la historia y al vínculo con el contexto actual: “La calle tiene que estar también presente en la representación”. Para él, esa conexión con lo real convierte la función en un espacio donde el humor y el conflicto dialogan directamente con el espectador.
Pastora Vega, añade que “es un canto claramente a la tolerancia, al respeto por el otro, por el que piensa o es diferente”. La actriz subraya que, bajo la apariencia de comedia, el texto aborda asuntos muy serios: la falta de honestidad en las relaciones, el cinismo político, el modo en que una pareja puede explotar cuando deja de comunicarse.
“Es una obra muy higiénica, el teatro puede ser terapéutico”
Gabriel Olivares
A lo largo de los ensayos, el equipo descubrió que la pieza funcionaba casi como una terapia. Olivares reconoce que trabajar con una estructura tan compleja, llena de conflictos internos y capas dramáticas, obligó a desnudar emocionalmente a los personajes.
La versión española ha sido recortada respecto a la original francesa para ajustarse a la sensibilidad local, apostando por un ritmo más directo. Y aunque el cartel pueda sugerir una comedia ligera, el público se encontrará con una obra que transita entre la comedia y tragedia, con una base que apuesta por la crítica política.
Olivares confía plenamente en el impacto del montaje y en su capacidad para conectar con públicos muy diversos: “Ojalá sea una obra que despolarice, sería un regalo para el público”. Un deseo que encaja con la ambición esencial del proyecto: mostrar contradicciones y cuestionar certezas.
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