Después de un año de gira y convertirse en el montaje más premiado de la compañía Atalaya Teatro, llega al Fernán Gómez su versión de Rey Lear, el que según nos dicen es el espectáculo «más potente» de las 24 producciones que llevan a lo largo de sus 37 años de carrera.
Tras la caída de su versión de Marat Sade, que según nos comentaban en la presentación, estaba programada la temporada pasada para entrar en el Teatro Español, Atalaya Teatro aterriza en nuestra cartelera con el que para Ricardo Iniesta, director y miembro fundador de la compañía, es «el mejor texto del teatro universal» que nos llega en una puesta en escena que para su director y adaptador «tiene un discurso humanista que hace que se diferencie del resto de la obra de Shakespeare, haciéndolo tan actual» motivo principal para que hayan creado este híbrido entre el teatro clásico, que respeta la musicalidad de los versos originales, en una versión que busca la esencia de la historia, dejándola en 100 minutos de espectáculo, y los lenguajes más contemporáneos, reflejados principalmente en el trabajo físico y una escenografía minimalista y cambiante, construida a partir de 14 bancos. Una versión que recupera el final menos amable de la historia, censurada hasta principios del Siglo XX, además de la figura del bufón, considerada por el director como «fundamental» por su labor «como conciencia crítica de la obra».
El personaje de Rey Lear llega interpretado en esta producción por Carmen Gallardo, cofundadora de la compañía, quien aborda este rol alegando que para Atalaya «los personajes no tienen un género», sumándose de esta manera a actrices de la talla de Nuria Espert o Glenda Jackson que ya se enfundaron anteriormente en la piel de este mítico personaje.
«Los grandes clásicos dicen verdades como puños que están de rabiosa actualidad» señala la actriz Silvia Garzón, apuntando que uno de esos aspectos actuales a los que se refiere es el papel que desempeña la mujer dentro del Rey Lear, donde los personajes de las hijas toman las riendas de asuntos habitualmente «masculinos» y adoptando discursos que, al ponerlos Shakespeare en boca de mujeres en vez de ser dichos por hombres, son recibidos por el público de una manera completamente diferente, «incluso hoy en día se sigue pensando en ellas como ‘mujeres malas'», afirma la actriz.
«Energía, verdad y poesía» son los tres pilares fundamentales sobre los que, nos dicen, se sostiene la compañía Atalaya Teatro, por eso no es de extrañar que actualmente posean cinco espectáculos en gira como son este Rey Lear que ahora podemos ver en Madrid, Así que pasen cinco años, La Celestina, Madre Coraje y Marat Sade, todos ellos de autores que basan su teatro en el hecho poético y que suponen un desafío actoral para los miembros de su reparto, siendo el mismo para los cinco espectáculos.
«Atalaya es más que una compañía de teatro» nos dice Iniesta para hablarnos sobre su trabajo en el TNT Centro de Creación e Investigación, un lugar de donde, además de formar a futuros intérpretes, se nutren para construir los elencos de sus espectáculos, sumando a sus miembros fundadores nuevas generaciones de artistas salidas de los laboratorios que llevan impartiendo desde hace más de 25 años. «Junto al Pavón Teatro Kamikaze y la Sala Beckett, somos la tríada de investigación en España» dicen explicándonos una forma de trabajar que consiste en perderse por los caminos menos transitados, artísticamente hablando y descubrir nuevos lugares «más bellos (…) así hemos conquistado otras maneras de hacer teatro». En estos días de representaciones en el Fernán Gómez, además impartirán un taller que lleva por título: El actor creador poético.
José Antonio Alba / @joseaalba
Foto Curro Casillas