Santiago Escalante: «Los andaluces contamos nuestras tragedias riéndonos a carcajadas»

José Antonio Alba

Los Teatros Luchana se suman a la celebración de la Semana del Orgullo LGTBIQ+ estrenando la comedia Madre Amadísima del dramaturgo y guionista gaditano Santiago Escalante. Un texto que se estrenó hace 14 años, gozando de una fantástica acogida a nivel internacional, pudiéndose ver tanto en España como en Latinoamérica, Nueva York o Miami; y que incluso en el 2011 contó con su propia versión cinematográfica dirigida por Pilar Tavora. Ahora, Madre Amadísima, regresa a los escenarios españoles de manos del propio Escalante y protagonizada por Juan Carlos Castillejo.

Madre Amadísima cuenta la historia de Alfredito, un «maricón de pueblo», como su propio autor lo denomina, nacido en la Andalucía de la posguerra que, mientras prepara a la virgen de su pueblo, su «negrita», para la procesión, realiza un recorrido por sus recuerdos y vivencias que, a su vez, son retrato de nuestro país.

Desde Teatro Madrid nos hemos puesto en contacto con su autor, Santiago Escalante, para que nos presentara el espectáculo de primera mano; y lo hace a través de su particular mirada sobre el teatro, la homosexualidad y la actualidad social.

Teatro Madrid.- Santiago, ¿cómo nace Madre Amadísima?

Santiago Escalante.- Nace de la necesidad personal de luchar por mi condición sexual. Esa libertad que acaba cuando los demás se bajan de una cabalgata del orgullo gay. Yo lucho por la libertad los 365 días del año y me voy de fiesta los 365 días del año, yo no celebro nada un día al año, lo celebro todos los días y sin disfrazarme.

TM.- ¿Qué nos vamos a encontrar cuando vayamos a verla a los Teatros Luchana?

SE.- Un espectáculo escrito por un andaluz que siempre ha querido que se entienda, en cualquier país del mundo, cómo los andaluces contamos las cosas. Sobre todo cómo contamos nuestras tragedias riéndonos a carcajadas de ellas, así las tragedias son más leves. Estos espectáculos te enseñan algo que los andaluces sabemos hacer bien, reírnos de nosotros mismos.

TM.- ¿Consideras que el humor es esencial para tratar según qué temas?

SE.- Yo no entiendo la tragedía sin humor. Los andaluces sin eso no podríamos sobrevivir, vivir sonriendo a pesar de las miserias que llevamos arrastrando durante épocas. El carnaval y mi teatro gustan al pobre y entusiasma a la «maría».

TM.- Este texto ha viajado por teatros españoles e hispanoamericanos, ¿qué posee para haber
tenido tan buena acogida?

SE.- Los textos viajan de dos maneras: Una porque son exitosos y otra porque hay una magia que los mueve sin tener ningún tipo de éxito. Este texto ha viajado simplemente porque es exitoso. Ese éxito lo llevó a ser película y luego novela. Cuando viajo con el texto, con mi Madre Amadísima, me encuentro con esos espectáculos que mueve la familia de la cultura española, en esos sitios Madre Amadísima pone los teatros en pie.

TM.- ¿Dónde ha tenido mejor respuesta por parte del público?

SE.- Me dijeron un día que mi teatro era muy localista, que nunca saldría de Andalucía, pero cuando Madre Amadísima se representa en Nueva York o Miami, me doy cuenta que verdaderamente lo andaluz es universal. El flamenco, la comida, el arte… nosotros somos universales, la sardana en Nueva York tiene menos éxito. Andalucía es esa marca española que nos compran en el mundo. Yo siempre he querido que mi teatro pertenezca a esa marca.

TM.- ¿Cómo llegó Juan Carlos Castillejo al proyecto?

SE.- Llega porque Salvador Collado y Pablo Rubio – Productores del espectáculo – tienen la genialidad de acordarse de él. Yo lo que más les agradezco no es que se hayan acordado de mí, sino que se hayan acordado de «Casti» porque para mí hay, desde ese momento, una persona más en la familia… Perdón, varias: Todo el equipo de Madre Amadísima es ahora mi familia. Especialmente los técnicos, esa gente que está detrás y que iluminan los folios que uno escribe. Son los que le ponen luz a mi vida.

TM.- ¿Ha cambiado en algo la función desde que se estrenó hace 14 años a la actualidad?

SE.- Todo. Hasta yo he cambiado porque me siento traicionado y ofendido. Siento como todo lo que hemos conseguido se puede ir al carajo porque la derecha extrema tenga una preocupación tremenda en que haya personas que les guste un «carajo». Yo a esa gente simplemente los mando al carajo.

TM.- Ahora que estamos viviendo una situación social y política tan compleja, donde parece que se quieren recortar los derechos del colectivo LGTBIQ+, ¿dónde ves que hemos avanzado y dónde hemos retrocedido con respecto a Madre Amadísima?

SE.- Madre Amadísima es un texto vivo y la sociedad está sufriendo uno cambios muy desagradables en muchísimos aspectos. Hubo cambios maravillosos, como el matrimonio para las parejas del mismo sexo, que ahora se ven amenazados por personas de algunos partidos que, desde un principio, no quisieron que esto se aprobara. Los tambores del retroceso suenan más que nunca.

TM.- ¿Cómo puede el teatro luchar en favor de los derechos LGTBIQ+?

SE.- Los autores debemos escribir y comunicar cosas, tenemos el deber de contar y luchar. El teatro es un instrumento social que hace mucho tiempo dejó de serlo para ser simple entretenimiento. Mi teatro entretiene, pero instruye.

TM.- En Madre Amadísima, Alfredito recuerda y reflexiona mientras prepara para la procesión a la virgen de su pueblo, una virgen negra con un niño blanco, ¿cómo algo tan aparentemente alejado de la homosexualidad como es la religión acaba siendo el refugio de Alfredito a través de su devoción por su «Negrita»?

SE.- Miles de personas van detrás de la Virgen de la Cabeza siendo negra y le piden a sus hijas que se alejen de los negros. Antes de rezar deberían ponerse gafas. La iglesia nunca ha estado alejada de la homosexualidad, los clérigos no se hacen clérigos para hacerse asexuales, simplemente utilizan la iglesia para ocultarse y aprovecharse de ella. La iglesia está llena de pedófilos.

TM.- ¿Cuál es el mensaje que extraerías de Madre Amadísima?

SE.– Sé feliz y no mires con quien.

José Antonio Alba / @joseaalba

Fotos cortesía de Teatros Luchana

Escrito por
José Antonio Alba
Artículos relacionados
Comentarios
Sé el primero en dejar tu comentario
¡Enlace copiado!