Noelia Barrientos

Las posibilidades infinitas que ofrece el escenario son explotadas en su totalidad por esta nueva y arriesgada propuesta de la Compañía gallega Matarile. En una pieza segmentada en distintas escenas que parecieran no estar conectadas entre sí, Ana Vallés logra sorprender en un Teatro María Guerrero rebosante de energía y ganas de disfrutar. Muchos desnudos abrigados en pieles, cuerpos que ondean su posibilidad desde un clamo ahogado, con algún tinte de humor, y el telón de fondo que aboga una oda silenciada a lo bello de las artes escénicas. Las motivaciones que nos empujan al hecho, a la acción. El aplauso a una historia deshilachada, pero llena de belleza.

Un teatro lleno de niños en plena tarde y la Sala Roja de los Teatros del Canal rebosante en su plenitud. La compañía madrileña de danza contemporánea, Aracaladanza, embelesó con su último trabajo: Loop. En una pieza dinámica, que llamaba a la pura magia de las artes escénicas, los colores, la coreografía de los bailarines corpóreos; la obra que no llega a la hora de representación, maravilla y deja al espectador pegado sin poder apartar la vista de las tablas. La música con toque electrónico animaba y abrigaba, mientras las escenas se iban sucediendo con personalidades tan marcadas como independientes. Que no falte la danza, al cobijo del arte, protagonizado por estos maestros de la danza.

Son tantas las historias paralelas que siguen surgiendo para hablar del nazismo y el holocausto, que es complicado encontrar ese quiebre que nos destape algo que conmueva (o que no esté ya dicho). Es por eso que esta obra de Manuel Martín Cuenca, presentada en el Teatro Español, asume ese riesgo con valentía y entereza, cumpliendo a medias ese objetivo invisible de destapar algún secreto no contado de la manida Segunda Guerra Mundial. Centrándose en el desbarajuste personificado en Maurice Rossel, agente de la Cruz Roja que vivió en Berlín durante el conflicto, cuando este emitió un informe favorable y controvertido después de visitar algunos de los campos de exterminio, la obra se centra en una entrevista entre Rossel, protagonizado por […]

Es espeluznante ver a Angélica Liddell reducirse a cenizas en medio de la inmensidad de la Sala Roja de los Teatros del Canal. En esta segunda parte de la historia que relata la pérdida de su padre, – y después de una descafeinada Terebrante, presentada en la pasada edición del Festival de Otoño -, la escritora y artista conseguía construir un relato tan alegórico, como a veces incomprensible si no conoces la profundidad de su trabajo, que pellizcaba, revolvía y podía conmover (en ocasiones) al espectador. Con un texto esclarecedor y una belleza escénica digna de una cuadro del renacimiento, la pieza avanzó a paso firme en sus dos horas de recorrido poniendo (una vez más) el sello de autenticidad […]

Al abrigo del Teatro de la Comedia, La gran Cenobia, escrita por Calderón de la Barca entre 1624 y 1625, muestra los entresijos de la época romana. De la mano de una adaptación de David Boceta a la dirección y, Luis Sorolla, que se ha puesto con el texto, esta propuesta nos aproximada a la fugacidad del poder, la caída ante las pasiones humanas, la debilidad del amor, las dudas a las que nos enfrentamos solo por existir. Una obra que abraza las propuesta de programación en línea romana de esta temporada de la Compañía Nacional de Teatro Clásico: Antonio y Cleopatra, Numancia y Lo fingido verdadero.