iMe

Cada día estamos más comunicados, o mejor dicho, más conectados. Constantemente aparecen nuevos aparatos con internet que nos permiten chequear en tiempo real nuestras redes sociales, email, mensajes...

Precisamente sobre esta "hiperconectividad" trata iMe. En esta obra, nos encontramos con 4 protagonistas que solamente se comunican a través de las redes sociales. No hay contacto interpersonal, ni siquiera hay emociones. Pero un día, la red deja de funcionar y surge el "caos" porque se verán obligados a establecer una conversación real con el compañero de al lado...

Cuando leí la sinopsis de iMe me causó mucha curiosidad y desde luego no me defraudó. Me encontré con una obra muy original, entretenida de inicio a fin, bien interpretada y con unos personajes bien construidos.

iMe va un paso más allá en su "crítica" sobre la sociedad actual, nos muestra cuál puede ser la evolución de ésta, tendiendo hacia la pérdida del "contacto humano" en pro del "contacto virtual".

Desde luego una obra que no te dejará indiferente.

Si quieres leer la crítica completa te animo a visitar el blog de Hoy voy al teatro: http://bit.ly/24AAQ9E

Vivimos en uno de los períodos históricos en que más se ha extendido y desarrollado la comunicación, pudiendo por ejemplo en cuestión de sólo un segundo hablar o ver a alguien que está en la otra punta del mundo. A pesar de esto, vivimos más cerrados que nunca en nosotros mismos. No es extraño, pues, ver a alguien mirar al móvil en medio de una cena en un restaurante, durante la representación de una obra de teatro o durante la proyección de una película cinematográfica. Submergidos en un mundo que a pesar de esconder personas detrás es del todo virtual y que los aísla de los actos sociales en los que se encuentran. Lo más grave de todo es que la sociedad está comenzando a considerar como un hecho normal y legítimo comportarse de este modo. Por eso, obras como ésta son una bofetada de realidad a nuestras conciencias y una advertencia sobre el que puede acabar provocando la espiral de aislamiento personal producida por un mal uso de los dispositivos electrónicos, de las diferentes redes sociales y de aplicaciones diversas. En este sentido, iMe es una obra llena de ingenio que consigue transmitir estas ideas, y que a través del humor y de una historia muy bien construida consigue hacer reflexionar al espectador. Así, Roc Esquius utiliza la ciencia ficción para acercarnos una temática situada en una sociedad del futuro que explicaría los problemas que se derivan del actual. Quizás iMe, como sistema operativo, no llegará a existir nunca, pero los problemas que se plantean en esta hipotética sociedad futurista ya los tenemos entre nosotros.

Todo y los numerosos aspectos positivos que encontramos, el texto no acaba de estar del todo pulido, presentando algunos altibajos que afectan especialmente en la primera parte y en las diferentes escenas individuales. Aun así, esto no borra el meritorio trabajo de Esquius creando una historia consistente y muy bien tramada, hecho que también se traslada a su dirección, la cual resulta efectiva y dinámica, contando con cuatro actores del todo acertados. Así pues, estamos ante una obra que se disfruta en la butaca del teatro, pero que la continuaremos disfrutando al salir gracias a las reflexiones que podemos extraer de ella, pudiendo ponerlas a debate con nuestros conocidos o hacer un ejercicio de reflexión personal alrededor de estas.

Elegante y sofisticada como un teléfono inteligente, iMe es una divertida comedia que exagera la adicción de nuestra sociedad a Internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías hasta extremos tan hilarantes cómo terroríficos.

Escrita y dirigida por Roc Esquius, la obra plantea un mundo donde las personas ya no se miran nunca a la cara, ni se tocan, ni siquiera se hablan directamente. Esta premisa crítica resulta muy sugerente y un espejo bastante tenebroso donde, como enfermos que adoran su condición, no podemos dejar de mirarnos. En este sentido, el montaje es muy acertado y encuentra el tono justo entre la parodia y el análisis sociológico. Además, la dramaturgia de la historia está llena de trucos, giros inesperados y alguna sorpresa interesante. Todo ello, así, mantiene el interés por las tramas y el destino de unos protagonistas que acabarán viviendo toda una aventura livestream.

También son muy originales los guiños al género post-apocalíptico (esencialmente cinematográfico), poniendo de manifiesto de forma irrisoria nuestra dependencia hacia una constante conexión a la red. Desgraciadamente, algunas de sus argucias argumentales son un poco forzadas y entran en contradicción con la lógica de algunos personajes, de sus objetivos y su comportamiento. En cualquier caso, el trabajo de los actores es bueno: simpático y medido; y se trata, en general, de un espectáculo honesto y actual que tiene muy claro en qué herida quiere meter el dedo, lo hace sin contemplaciones y, además, sin ensuciarse.

Las nuevas tecnologías, como internet y las redes sociales son un instrumento de comunicación, de trabajo, de ocio y de información, que si no se llevan con medida puede cambiar a nosotros ya la sociedad en general, creando una adicción. Un hecho muy actual y del todo preocupante en la que nos encontramos hoy en día.

Puede ser la gente no es suficientemente consciente de la gran dependencia que tienen que estar conectados. Es muy triste ir a un restaurante y ver que la pareja de la mesa de al lado no tienen ningún diálogo entre ellos porque están pendientes de su móvil, iPhone o Tablet; ver que los jóvenes pierden el mundo de vista si no tienen cobertura, la batería es baja o no encuentran el móvil; es patético ver que la gente mientras está comprando chatea y ni siquiera mira a la dependienta, cuando ésta les habla. Whatsapp, Facebook, Twitter... por desgracia hoy en dia, quien no está conectado, no existe. Las tecnologías han invadido nuestra vida cotidiana y han influenciado tanto a nuestros hábitos, que incluso hemos transformado las formas de relacionarnos y de disfrutar del ocio. Todo esto es realmente preocupante, por eso es interesante ver cómo autores como Ivan F. Mula con su obra “2051, Una comedia distópica” y Roc Esquius con “iMe” toquen este tema y nos hagan reflexionar sobre el abuso del consumo de las nuevas tecnologías, de su peligro y de las transformaciones y consecuencias que ello supone para las estructuras sociales, económicas y políticas del mundo actual.

En “iMe” Roc nos presenta una sociedad que vive del todo enganchada a un servidor, donde las relaciones emocionales o sexuales es viven a través de internet. La gente no se relaciona físicamente sino virtualmente. Tres compañeros de piso, que no se miran, no se hablan, no se tocan, no salen a la calle, son personajes anónimos que viven enganchados a la red y que se pasan las horas del día navegando, buscando los datos de otros usuarios y escondiendo quiénes son en realidad, pero todo cambia el día que deja de funcionar el servidor … es el caos. Cambiar los hábitos es difícil. Adicción, abstinencia, recaída en el fácil, el conocido, pero con un paso adelante, ahora ya saben quién es quién.

Con una escenografía sencilla, una buena dirección de Roc Esquius (autor de la dramaturgia) y unas interpretaciones de Isidre Montserrat, Mireia Pàmies, Nuria Deulofeu y Bernat Mestre fantásticas podemos afirmar que estamos ante una obra totalmente recomendable para todos los públicos en general y una gran mayoría en particular :)

iMe habla de un futuro que se parece demasiado a nuestro presente. Los humanos se han implantado sus dispositivos móviles para estar conectados a las redes 24 horas a día. En un mundo donde hace años que nadie se mira en los ojos, ¿podemos decir que estamos realmente conectados?

Bajo esta premisa, Roc Esquius (autor y director de iMe) trama una magnífica historia llena de detalles y matices que hace reír pero que también hace pensar (¡y mucho!). Cuatro actores sobre una escenografía minimalista crean personajes entrañables, muy humanos y con los que nos podemos identificar.

Con una cartelera totalmente invadida por un Grec que parece que no acaba de dar la talla, iMe es un soplo de aire fresco, una historia realmente original y divertida que vale la pena ir a ver.

No os arrepentiréis.

Más información (en catalán) en Somnis de teatre

Esta es una comedia distópica que nos habla de un futuro, quizás no demasiado lejano, en el que la vida y todo el que la rodea está dominado por la Red y el mundo tecnológico. Las aplicaciones lo han suplantado todo, y las personas no se atreven a mirarse o a tocarse, porque no lo han hecho nunca o casi no lo recuerdan. Originales y prometedoras premisas para una comedia que no decepciona, sino que sorprende por cómo va desarrollando una trama nada sencilla y unos personajes muy interesantes. Bien es verdad que Roc Esquius -autor y director de la pieza- lleva su material a buen puerto, a pesar de algunas contradicciones internas y algunos giros de guión un poco forzados.

Lo mejor de iMe es que está muy bien dirigida e interpretada, con cuatro actores que encajan muy bien y que se divierten de lo lindo en cada escena. Además, el producto resulta simpático mientras lo ves… pero acaba dejando un poso amargo y peligrosamente contemporáneo. Y es que cuando sales del teatro, subes al metro, y observas que todo el mundo tiene un móvil o una tablet entre los dedos empiezas a sufrir ciertas paranoias. ¿Acabaremos sin mirarnos a la cara? ¿Nos amaremos vía Internet? ¿Expresaremos sólo los sentimientos y las necesidades más básicas a través de las redes sociales? Esperemos que no, pero si vais a ver este montaje de la Compañía Dara seguro que os acabáis haciendo preguntas similares…