Los gigantes de la montaña es un montaje sobre el último texto del dramaturgo y Premio Nobel de Literatura italiano Luigi Pirandello.
Se trata de una obra inacabada que llevará al público al límite entre la fábula y la realidad. Concebida en la década de 1920, se fue publicando periódicamente por actos: el primero, en la revista literaria La Nuova Antología; el segundo, en Quadrivium.
César Barló dirige a seis actores y tres actrices jugando con el realismo mágico que Pirandello propone en este texto de 1937. En el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa.
Sinopsis
En palabras de César Barló
Luigi Pirandello dejó inacabado su último texto. Sucede a menudo que los maestros del arte escénico maceran su material a lo largo de su vida y lo destilan en una última oda al teatro. Dos ejemplos: El castigo sin venganza, de Lope de Vega, o La tempestad, de William Shakespeare. A este corpus pertenece Los gigantes de la montaña. Una obra que se eleva sobre las anteriores del autor y de sus coetáneos, y se instala en la historia de la representación teatral.
Pirandello concentra el estudio y la investigación de toda una vida en una fábula que trasciende la dualidad conocida de “persona – personaje” para profundizar en el pensamiento y vislumbrar un nuevo nivel dicotómico: “ser – deseo de ser”.
Los Gigantes siguen morando en lo alto de la montaña y deciden el camino que debemos transitar los mortales. Y nosotros, los mortales, por cientos de causas, finalmente aceptamos su directiva para que nuestra vida transcurra por los cauces que ellos crean, lejos de la ilusión, la imaginación, el riesgo. Estos Gigantes han conseguido que, mientras nos conformamos con ser, no nos preguntemos qué deseamos ser.
Ante eso nos rebelamos y queremos que el público nos acompañe hasta la Scalogna, un lugar a medio camino entre lo mágico, lo real y lo mítico. El teatro debe servir para desvelar estos misterios humanos. El escenario es el espacio donde investigarlos y la representación el tiempo de compartirlos.
Esta es la plataforma de creación para la compañía AlmaViva Teatro. Los motores de un proyecto pueden ser varios, pero en el tiempo que estamos viviendo, en un mundo que se desmorona por momentos, es importante crear un encuentro donde reflexionar sobre esta idea: ¿cómo nos enfrentamos a la vida?
Pirandello nos reta a descubrir estos lugares en nuestro interior y en el teatro para definir los rasgos que definen nuestra comunidad. En nuestro siglo XXI, hoy, esta idea de teatro es más necesaria que nunca. Como dejó escrito Strehler, allá por 1994, en sus notas de dirección sobre este mismo texto:
No se trata de “rehacer”, para quién sabe qué conveniencia inexistente, un espectáculo del pasado lejano; sino para reafirmar, aún más trágicamente que nunca con un espectáculo hoy, la gran confusión que nos rodea.
Viajemos, pues, a la Scalogna y dejémonos llevar por la magia, el riesgo y la poesía que entendemos en nuestro teatro.
Sobre la compañía
AlmaViva Teatro nos presenta un montaje arriesgado, con nueve actores y actrices en escena, que plantean cómo nos relacionamos con “el otro” y qué posición tomamos ante la vida, en un diálogo con los espectadores desde el punto de vista más genuino y humano. La compañía llega al teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa después de casi veinte años de trayectoria. A lo largo de este tiempo ha investigado sobre textos poco representados, siempre con un calado social y con una puesta en escena basada en la relación con el público, buscando una experiencia que quede impregnada en él y consiga trasladarle una perspectiva humana social a través del teatro.
El montaje ofrece otra novedad: su puesta en escena no se desarrollará solo en el escenario de la Sala Jardiel Poncela, sino que estarán involucrados otros espacios del teatro, como el vestíbulo, de modo que el público acompañará a los actores en este espectáculo itinerante. La obra, que no ha estado en los escenarios desde hace casi cincuenta años, se podrá ver del 21 de enero al 23 de febrero de 2025.