
Va de Bach es una de esas obras de danza deliciosas y gozosas que parece que transcurren en un abrir y cerrar de ojos. La intención de la compañía al trabajar a partir de la música del gran J. S. Bach no es tanto “coreografiar su música”, dice, “como bucear en un universo creativo que permita imaginar libremente a quien abra los ojos y afine los oídos”. Y eso es lo que precisamente consigue: un todo en el que lo sonoro y lo visual están perfectamente ligados, retroalimentándose entre sí.
Sinopsis
No hay necesidad de contar una historia, sino más bien el deseo de encender la llama de la imaginación y el disfrute. La libertad creativa de la música de Bach planea por toda la obra, que además de rendir homenaje al músico barroco, reivindica la imaginación de la que hizo gala en su obra. A la sensación de estar disfrutando de una creación muy redonda, de factura impecable, contribuyen sin duda la escenografía y el vestuario, diseñados por Elisa Sanz, y la iluminación, ideada por Pedro Yagüe. Algunos elementos escenográficos y el vestuario de los cinco bailarines, elegante, vistoso y divertido, evocan de alguna manera la época en la que vivió el compositor, aunque sin dejar de permitirse algunos eficaces guiños a la contemporaneidad. Las coreografías de Enrique Cabrera se siguen con igual fluidez y encantamiento que la música de Bach. Se trata, en conclusión, de una bella creación que puede encantar a todos los públicos, o de una hermosa iniciación a la danza y la música clásica para los más pequeños.
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No hay necesidad de contar una historia, sino más bien el deseo de encender la llama de la imaginación y el disfrute. La libertad creativa de la música de Bach planea por toda la obra, que además de rendir homenaje al músico barroco, reivindica la imaginación de la que hizo gala en su obra. A la sensación de estar disfrutando de una creación muy redonda, de factura impecable, contribuyen sin duda la escenografía y el vestuario, diseñados por Elisa Sanz, y la iluminación, ideada por Pedro Yagüe. Algunos elementos escenográficos y el vestuario de los cinco bailarines, elegante, vistoso y divertido, evocan de alguna manera la época en la que vivió el compositor, aunque sin dejar de permitirse algunos eficaces guiños a la contemporaneidad. Las coreografías de Enrique Cabrera se siguen con igual fluidez y encantamiento que la música de Bach. Se trata, en conclusión, de una bella creación que puede encantar a todos los públicos, o de una hermosa iniciación a la danza y la música clásica para los más pequeños.
- Carla Maró
actriz cantata
- Dirección:
- Autoría:
- Idea original:
Enrique Cabrera - Escenografía:
Elisa Sanz - Iluminación:
Pedro Yagüe - Vestuario:
Elisa Sanz - Coreografía:
Enrique Cabrera - Música:
Johann Sebastian Bach - Música original:
Luis Miguel Cobo - Producción:
Aracaladanza