El sexto espectáculo de la Compañía Laboratorio Teatro no va de la vida de quien fue el primer presidente socialista escogido democráticamente en Chile — y derrocado a tiros tres años después por quienes acabaría siendo el Franco, el Mussolini o el Hitler chileno. El espectáculo va, justamente, de Chile y su historia; de todos los personajes que fueron protagonistas, como verdugos, héroes o víctimas: el mismo Pinochet, Víctor Jara, Pablo Neruda o Salvador Allende, figura sobre la cual gira el espectáculo.
Un espectáculo que lleva el sello inconfundible de Jessica Walker y su troupe de alumnas, seguidores, fieles discípulos que se comprometen con su forma única y personal, pasional y visceral de hacer teatro.
Una atmósfera muy cuidada envuelve todos los inicios de sus propuestas. Sin necesidad de un hilo conductor concreto, el espectáculo se construye sobre escenas o impresiones que, sobre todo, buscan ofrecer una instantánea de cada personaje, del momento histórico, de lo que vivió y la sangre que se derramó en los momentos decisivos de las vidas de cada uno de ellos. La música en directo y las proyecciones acaban para elevar un dispositivo escénico relativamente sencillo, construido desde la sobriedad y el buen gusto, hasta una composición artística de gran fuerza y belleza. El espectáculo tiene momentos brillantes —la aparición de Pinochet es de auténtico delirio y grandeza creativa— y otros que quizás lo estiran algo más del que hoy en día está estipulado.
En resumen, una propuesta interesante, intensa y defendida con el espíritu y el alma que caracteriza el trabajo de este colectivo de artesanos de la imagen y los sentimientos. Muy recomendable para personas que tengan interés al conocer algo más del capítulo negro de la historia de Chile; imprescindible para aquellas que tengan algún vínculo personal.
Como ignorante de la historia de Chile o la biografía de Allende, me quedé con una pregunta que me hubiera encantado formular a la directora: ¿y los perros?