Después de una intensa gira internacional por Francia, Italia, Suiza y Bélgica, Carmen de la Compañía Antonio Gades regresa a casa el 6 de mayo en 8 únicas funciones. Y lo hace por la puerta grande: en el Teatro Albéniz UMusic Hotel de Madrid y coincidiendo con el 150 aniversario de la obra de Georges Bizet. El espectáculo es mucho más que una adaptación coreográfica: es una declaración de identidad, un grito de libertad y un emblema de resistencia cultural.

La Compañía Antonio Gades presenta ‘Carmen’
La historia de Carmen nos sitúa en la Sevilla de 1820. Carmen, una gitana libre, provocadora y sensual, se enamora de don José. Cuando Carmen vuelve su mirada hacia Escamillo, un torero, los celos empujan a don José al asesinato. Una tragedia anunciada que sigue sacudiendo conciencias por su actualidad.
“Carmen sigue ocurriendo”, dice María Esteve, presidenta de la Fundación Antonio Gades e hija del legendario coreógrafo. “Sigue ocurriendo cada vez que una mujer decide amar libremente y alguien se siente con derecho a poseerla». Esta historia no es del pasado: está en nuestro presente más crudo.
Un clásico con alma flamenca
“Hasta Carmen y Bodas de Sangre, el flamenco no se utilizaba escénicamente como una forma narrativa”, explica Esteve. “Gades convierte el flamenco en un lenguaje teatral completo. Crea una dramaturgia con silencios, con gestos que narran lo que el texto no puede”.
La vuelta a Madrid no es sólo una función más. Es, como señala Eugenia Eiriz (directora general de la Fundación), “un acto de justicia artística y de resistencia”. La Compañía Antonio Gades es una compañía privada, sin apoyo institucional, y, sin embargo, lleva dos décadas preservando, actualizando y proyectando el legado de uno de los grandes coreógrafos del siglo XX.
“Mover una gira de 28 personas por Europa, como hemos hecho este año, con cifras de público espectaculares —10.000 personas solo en tres días en la Salle Pleyel de París—, no es poca cosa”, afirma Eiriz. “Y sin embargo, seguimos teniendo que luchar por cada espacio, por cada oportunidad”.
El estilo Gades: cuerpo, emoción y verdad
Lo que diferencia a la compañía Antonio Gades de cualquier otra es una forma de estar en escena. “Gades no quería ver bailarines. Quería ver a un pueblo bailando”, dice Esteve. La compañía está compuesta por cuerpos reales: altos, bajos, fuertes, delgados, diversos.
La escenografía es mínima, casi ausente, y la luz lo dice todo, según asegura Esteve: “Antonio amaba la luz. Le fascinaban las sombras. Era un loco de la fotografía y de la pintura». Y añade Eiriz:
«Hay mucho de Velázquez, mucho de Goya, en su forma de mirar el espacio escénico”
Eugenia Eiriz
Y por supuesto, mucho cine: la colaboración con Carlos Saura en la versión cinematográfica de Carmen convirtió esta obra en una propuesta híbrida y moderna.
Una compañía-escuela y el reto de la transmisión
Mantener el estilo Gades vivo requiere más que buenas intenciones. Requiere formación, método, sensibilidad. Esa tarea recae hoy en manos de Stella Arauzo, quien fuera bailarina principal de Gades y hoy directora artística de la compañía. Stella es, según Esteve, “la única persona que puede enseñar hoy el estilo Gades con rigor y autenticidad”.
Se trabaja con un decálogo del coreógrafo: «El paso no es sólo el paso, sino lo que ocurre entre paso y paso». Y así lo explica Esteve:
«Los bailarines llegan a la emoción a través del cuerpo, ellos hacen el movimiento y llegan a la emoción; los actores llegamos al revés, a través de la emoción llegamos a la capacidad de expresión física»
María Esteve
Los silencios no se temen, se habitan. Y en escena, todo cuenta porque Gades entendía el espectáculo como una creación coral, comunitaria.
Desde el 6 de mayo, el público madrileño tiene la oportunidad de ver en directo un espectáculo que ha sido ovacionado en medio mundo. El Teatro Albéniz UMusic Hotel acoge una Carmen que celebra el legado de uno de nuestros creadores más universales. Un espectáculo que no se limita a bailar: cuenta, emociona, sacude, transforma.
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