Federico Bellone: “Mi versión de ‘Ghost’ se centra en la emoción de los personajes”

José Antonio Alba

Aunque ya han pasado casi treinta años desde que la vimos por primera vez en la gran pantalla, y ocho desde su estreno en Londres como musical, Ghost sigue formando parte de la memoria colectiva de toda una generación. ¿Quién no recuerda aquella escena en la que Patrick Swayze y Demi Moore modelan una vasija de arcilla mientras suena de fondo el tema Unchained melody de los Righteous Brothers? O cualquiera de las escenas protagonizadas por Whoopie Goldberg, cuya interpretación de Oda Mae Brown le valió, no solo el Oscar sino, además, el Globo de Oro y el Bafta a la mejor actriz secundaria.

Aparte de la emblemática Unchained Melody, podremos escuchar canciones compuestas para la ocasión por Glenn Ballart -productor de Michael Jackson y Alannis Morrisette-, y Dave Stewart, creador junto a Annie Lennox del grupo Eurythmics y responsable de algunos de los grandes éxitos de artistas como Bono, Brian Ferry o Celine Dion.

Tras su estreno en Londres en 2011 y su paso por Broadway, Australia, Brasil, Italia y otros muchos países, el musical Ghost aterriza por fin en Madrid, donde tiene previsto su estreno, en el Teatro EDP Gran Vía, el próximo 8 de octubre. En pleno proceso de audiciones y casting, Teatro Madrid se ha acercado al teatro para hablar con su director, el italiano Federico Bellone.

Teatro Madrid.- ¿Por qué Ghost, el musical? ¿Por qué ahora en Madrid?

Federico Bellone.- Ghost es una de las películas más impactantes de su género y de las que mejores recuerdos guardamos. Por ese motivo, desde el principio, productores de todo el mundo han estado interesados en llevarla a escena. La historia, mezcla de drama y comedia, es genial para un musical, aunque tuvimos que esperar a 2011 para verla en Londres por primera vez. Desde entonces, Ghost ha estado recorriendo el mundo y ahora llega a Madrid, no por casualidad, sino porque es una de las ciudades que más demanda este tipo de espectáculos.

T.M.- La adaptación al musical es de Bruce Joel Rubin, responsable también del guion de Ghost, y por el que obtuvo el Oscar en 1990, pero, después de tantos años, ¿ha sido necesario hacer también una adaptación pensando en el público actual?

F.B.- En realidad, no ha hecho falta. Ghost cuenta una historia universal que llega a todos por igual. Pero a mí, personalmente, me gusta ese tono de nostalgia y, como director, prefiero conservar ese ambiente, esa atmósfera de los años noventa.

T.M.- ¿El director tiene libertad o margen para llevar a escena su propia propuesta, su propia visión del espectáculo?

F.B.- Honestamente, lo más importante es respetar el guion. Es algo que no podemos cambiar, del mismo modo que no podemos modificar la música. Pero, aparte de esto, el director puede tomar decisiones sobre la escenografía u otros aspectos del espectáculo.

T.M.- ¿Hay alguna diferencia con respecto al musical de Londres?

F.B.- Muchas. El musical de Londres es de un director que yo adoro, Matthew Warchus, que ha hecho un montón de musicales, pero, en mi opinión, su versión es muy tecnológica, se centra más en la tecnología que en los personajes. La mía es más intimista, más personal, aunque está llena también de efectos especiales de primera calidad. Hemos trabajado con el diseñador de David Copperfield para crear algunas de las principales ilusiones del espectáculo, pero pienso que el exceso de tecnología distrae demasiado de la emoción del espectáculo, de la historia principal, de lo que realmente queremos contar, que es la relación personal entre Sam, Molly y Oda Mae. Desde un principio tuve claro que quería centrarme en la emoción de los personajes.

T.M.- Aunque quizás sea pronto para saberlo, puesto que estáis ahora en pleno proceso de casting y audiciones, ¿está previsto que haya algún actor conocido en el reparto?

F.B.- No, la voluntad de la producción, y también la mía, es buscar al mejor actor o actriz para cada uno de los papeles. Si durante el proceso aparece una celebridad que se ajusta a lo que buscamos, estupendo, pero lo más importante para nosotros es encontrar al actor perfecto para el papel, sin importar el hecho de que sea popular o no.

T.M.- En tu experiencia estos últimos años como director de musicales –Dirty Dancing, Sunset Boulevard, Titanic o Some like it hot, ¿has notado una evolución en los actores y actrices que se presentan a este tipo de espectáculos? ¿Hay cada vez mejores profesionales para musicales?

F.B.- Bueno, esta pregunta tiene una doble respuesta, técnicamente son mejores, pero, por otro lado, hace veinte años había artistas con una personalidad mucho más fuerte. No creo que vuelva a darse fenómenos como, por ejemplo, Paloma San Basilio, en el caso de España. Y esto no significa que sea malo, sino que la sociedad es diferente. Creo que, técnicamente, los artistas de ahora están más preparados, pero tienen un poco menos de personalidad, y no solo en España, sino en todo el mundo.

T.M.- Madrid se ha convertido en la tercera ciudad del mundo con mayor número de musicales, después de Nueva York y Londres, ¿hay también cada vez más espectadores que prefieren los musicales a otro tipo de espectáculos?

F.B.- Así es. Yo creo que musicales como El Rey León han cambiado completamente la percepción del teatro musical en España, y la prueba es que, desde hace tiempo, es el musical más longevo de este país.

T.M.- ¿Cuál es la clave del éxito para un musical?

F.B.- Bueno, no creo que haya una receta, creo que el éxito depende más bien de dar con el espectáculo correcto, en el momento adecuado. Aunque está claro que los musicales pensados para la familia lo tienen más fácil, como ocurre con Cats o El Rey León, porque son espectáculos que llegan a un mayor número de espectadores.

T.M.- ¿Hay mucha diferencia entre adaptar un musical como Dirty Dancing y un drama como Ghost? ¿Es más complicado un género que otro?

F.B.- Esto depende mucho de la película que sea. Por ejemplo, hace unos años dirigí la adaptación de Some like it hot, que en España se llamó Con faldas y a lo loco, y en este caso, me encontré con un guion perfecto para llevarlo al escenario. Dirty Dancing, al tratarse de un musical, es también más fácil verlo en escena. El caso de Ghost quizás sea diferente, pero tiene a su favor el hecho de que el guionista que ha hecho la adaptación del musical sea el mismo que escribió el guion de la película.

T.M.- ¿Cuál es el futuro del Teatro Musical?

F.B.- El Teatro Musical está pasando por sus mejores años y creo que en el futuro va a aumentar su calidad, no solo en España, sino en todo el mundo, pero llegará un momento en el que el número de musicales se estabilice, aunque es bastante probable que ganen también en longevidad.

Telón lento y final

Juan Mairena / @Mairena_Juan

Escrito por
José Antonio Alba
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