Después del éxito de En tierra extraña, la primera parte de la trilogía escénica y musical con la que Juan Carlos Rubio quiere hacer un recorrido a gran parte de la historia de España, la espera por la segunda entrega ha terminado. El novio de España llega a Madrid al Teatro de La Latina, y lo hace con el aplauso del público y de la crítica, tras una extensa gira nacional, y con el reconocimiento de la Academia de las Artes Escénicas de España al dramaturgo cordobés, Premio Talía a Mejor Autor de Teatro de Texto 2024.
El espectáculo que está protagonizado por Carmen Raigón, Christian Escuredo, Dídac Flores, y con la nueva incorporación de Carmen Morales, podrá verse desde el 3 hasta el 28 de julio en el Teatro de La Latina.
Año 1952. Luis Mariano se encuentra en Madrid rodando Violetas imperiales. Entre Carmen Sevilla y él existe una entrañable amistad que ambos saben que no puede convertirse en amor, dadas las preferencias sexuales del cantante. Pero Luis está dispuesto a zanjar las habladurías sobre él y pide en matrimonio a la actriz. El tenor esconde una poderosa razón: sus padres, exiliados al comienzo de la Guerra Civil, quieren regresar a España. Y él quiere pedirle a Franco que se lo permita. Y si para alcanzar ese fin ha de renunciar a su verdadero ser, está dispuesto. Carmen se niega a participar en un matrimonio de conveniencia, pero promete ayudarle. El 18 de julio Franco dará su tradicional fiesta en La Granja. ¿No es ese el momento perfecto para que Luis pueda conseguir su objetivo?
Desde Teatro Madrid hemos hablado con Juan Carlos Rubio sobre la creación de este espectáculo y la importancia de recuperar el pasado para no repetirlo.
¿Cómo tomaste la decisión de que Luis Mariano y Carmen Sevilla fueran los protagonistas de esta historia?
Juan Carlos Rubio: Realmente ellos dos reflejaban muy bien, por razones reales de sus vidas, el momento que quería retratar en esta historia. Quería hablar de los años 50, año 1952, cuando España es aceptada en el Franquismo por parte de otros países y hay un desbloqueo respecto a la dictadura. E investigando a personajes interesantes de aquella época descubrí que Luis Mariano, aparte de hacer con Carmen Sevilla tres películas, tuvo un problema real grave: sus padres estaban exiliados en Francia y no tenían pasaporte para volver a España. Por lo tanto, él pidió a Franco los pasaportes para sus padres. Me parecía que hablaba muy bien de todo ese exilio terrible que hubo después de la Guerra Civil y que ese personaje tan emblemático como era Luis Mariano, acompañado de Carmen Sevilla, podía servirme para hablar, una vez más, de entendimiento, de empatía, de conciliación.
Luis Mariano y Carmen son dos grandes artistas de nuestra cultura, que, además, gozaron de gran popularidad en su época. La obra parte de una dramaturgia ficcionada, pero que asienta su base en torno a datos históricos. ¿Cómo fue todo el proceso de documentación hasta que comienzas a crear tu propia dramaturgia?
J.C.R.: Fue muy interesante porque es la faceta más apetecible siempre: leer muchas cosas, ver muchos documentales y películas, escuchar mucha música. El reto era retratar esa época, ese año 1952, ese comienzo de los años 50. Y después de todo ese proceso de trazas históricas, reales y sociales empezar a fabular. Partimos del rodaje real de la película Violetas imperiales, la historia transcurre en el plató. Parte de esa amistad enorme que había entre Luis Mariano y Carmen y de la petición real de Luis a Carmen, que le pidió la mano, se quería casar con ella. Luis Mariano era homosexual, pero bueno quería que Carmen fuera su mujer. Y parte también la historia de esos pasaportes que Luis Mariano quería para sus padres. Con todo eso ya empezamos a fabular y desde ese momento la ficción comienza a darle poética a la realidad.
¿Qué has descubierto de Luis Mariano y de Carmen en este viaje escénico al interior de sus vidas?
J.C.R.: He descubierto una maravillosa historia de amor, no amor sexual, pero sí un amor profundo que sentían el uno por el toro. Fueron dos personas que coincidieron laboralmente en tres películas, pero su amistad se extendió hasta la muerte de Luis. Dos personas y artistas increíbles que marcaron una época; él como cantante y actor, y Carmen como actriz, y también cantante y bailarina. Son dos personalidades muy potentes. Y me ha encantado bucear en sus vidas y conocer con más detalle toda su trayectoria; todo lo que hicieron tanto personal como artísticamente. Ha sido muy enriquecedor.
¿Cómo fue la selección del elenco? ¿Algunos nombres los tenías claros desde el principio?
J.C.R.: No, la verdad es que empecé a trabajar y sí que, una vez que tenía el texto casi terminado ya sí que enseguida empezaron a aparecer algunos nombres y he tenido la suerte inmensa de poder contar con este repartazo. Ahora se incorpora Carmen Morales que es maravillosa, una actriz fantástica para este personaje de ficción que es la marquesa de Cangas. Y para Luis Mariano había visto trabajar muchas veces a Christian Escuredo y me pareció que tenía la voz, el cuerpo y todo el arte para hacer un Luis Mariano creíble. Con Dídac Flores tenía muchas ganas de colaborar; le conocía como un gran pianista, actor y cantante. Y a Carmen Raigón la conocí en el casting. Hicimos un casting muy grande con muchísimas actrices y cantantes; la verdad es que había muchísimo nivel y fue muy difícil la elección. Pero Carmen tiene una luz y un ángel especial, y ella crea una Carmen Sevilla muy especial.
«Nadie nos tiene que decir cómo tenemos que vivir. Esta es una reivindicación del presente»
El espectáculo combina la comedia y la emoción. Es un viaje de vuelta a la España de posguerra; un recorrido musical que desde el ayer relata las contradicciones humanas y las dificultades de ser uno mismo que todavía hoy nos ocupan y preocupan. ¿Consideras que el pasado sigue siendo un maestro fundamental para construir un presente sano?
J.C.R.: Sin duda. Hay que estar revisando el pasado porque cometemos errores una y otra vez. Ahora estamos asistiendo en España, en Europa y en el mundo al avance de la extrema derecha con todo lo que de intolerancia y recorte de libertades supone. Esto ya ha pasado y está pasando de nuevo. Y miremos cómo terminó en aquel momento, lo que trajo consigo de guerra, catástrofe y recorte de libertades. Todos tenemos derecho a ser, a sentir, a amar, a vivir, y a expresar lo que queremos. Nadie nos tiene que decir cómo tenemos que vivir. Esta es una reivindicación del presente. Y echar esa vista atrás como ya sucedió con En tierra extraña, que ahí se hablaba de aquel conflicto tan tremendo que sucedió y de la crispación política que había. Ahora en este momento del año 1952 hablo, aparte del exilio, de esa censura terrible que estamos viviendo, de ese retroceso en las libertades.
La música es imprescindible en este espectáculo porque forma parte del todo dramatúrgico. Tangos, cuplés, operetas, zarzuelas, musical hall, coplas. Un extenso repertorio con canciones en catalán, euskera, gallego y castellano. ¿Cómo viviste el trabajo junto a Julio Awad, el director musical, para elegir la selección musical? ¿Cuál ha sido el mayor reto?
J.C.R.: Empecemos diciendo que Julio Awad es un genio, a partir de que él es un hombre genial en todo lo que hace, ha sido maravilloso ir de su mano recuperando canciones tan emblemáticas y que pertenecen a nuestro ADN; que son joyas. Aquí hay una variedad de géneros muy grande y es un placer. Lo más difícil ha sido para nosotros elegir con qué quedarnos porque había tantísimo material y quería que la música estuviera integrada en la historia. Es una obra de teatro con canciones, así me gusta definir esta trilogía. Y la verdad es que es un repertorio maravilloso, y de la mano de Julio todo es muy fácil.
El montaje se estrenó en el último trimestre de 2023 y llega ahora a Madrid con el aplauso del público, la crítica y la academia. Premio Talía a Mejor Autor de Teatro de Texto para ti, Juan Carlos. ¡Enhorabuena!
J.C.R.: Muchas gracias; el Premio Talía ha sido una sorpresa maravillosa y estoy muy agradecido a los académicos. Que te premien es siempre un regalo.
¿Qué está suponiendo profesional y personalmente en tu vida este espectáculo?
J.C.R.: Cumplir un sueño. Desde pequeño he querido contar historias y esta trilogía es un proyecto muy deseado. Me hace estar muy agradecido a lo que hago y a toda la gente que forma parte, en especial a todos los productores que ponen medios para que pueda seguir contando historias. Y, por supuesto, al público que viene a ver los espectáculos.
«Hay una mujer que nace y se hace a sí misma que es la que yo quiero tener en la tercera parte de la trilogía»
Esta gran aventura musical que recorre parte de la historia de España comenzó en 2021 con En tierra extraña. Tras el gran éxito de ese primer montaje, ha llegado El novio de España. Aún le queda mucho por recorrer a este espectáculo. Pero, a día de hoy, ¿podemos soñar con una tercera parte que cierre la trilogía?
J.C.R.: Siempre hay que soñar. Soñemos juntos. Ojalá, me encantaría. La tercera parte sucede, lógicamente, en la Transición, cuando muere el dictador, y creo que ahí nace una nueva mujer. Igual que Concha Piquer, para mí, simbolizaba la República y Carmen Sevilla, esa mujer que vivió en esos años de esa España sometida a otros valores, quizás. Ahora hay una mujer que nace y se hace a sí misma que es la que yo quiero tener en la tercera parte. Pero, bueno, soñemos, ojalá, ojalá que se concluya, pero de momento estoy muy feliz de haber estrenado esta segunda parte.
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