Keiichiro Shibuya reinventa el concepto de Ópera con ‘The End’ protagonizada por Hatsune Miku.

José Antonio Alba

Este fin de semana llega a Naves Matadero, con todas las entradas agotadas, la estrella virtual del Pop nipón Hatsune Miku con The End, la primera Ópera Vocaloid que se estrena en nuestro país tras haber pasado por el Théâtre du Châtelet de París o el Theatre of National Opera & Ballet de Ámsterdam y que en Madrid sirve para conmemorar los 150 años de relaciones diplomáticas entre Japón y España.

The End es un concepto operístico diferente en cuanto a contenido, que se apoya, según su creador Keiichiro Shibuya, en la estructura clásica del género y que han querido poner en escena para reflexionar sobre la muerte, “esta ópera nació cuando perdí a mi mujer hace 10 años”, nos comenta Shibuya durante la presentación del espectáculo del que, valiéndose de la figura virtual mundialmente conocida de Hatsune Miku, que incluso ha sido telonera en algunos conciertos de Lady Gaga, pone en escena una propuesta que habla sobre la existencia y trata asuntos como la vida y la muerte apoyándose en la más alta tecnología. “Últimamente en Europa se percibe lo que se hace en Japón como una especie de creación de monos tecnológicos, pero en este caso no es así, esta obra tiene un concepto, una trama y una expresión, y para hacerlo llegar al público se usa la tecnología, aunque no importa tanto qué tecnología, que es la más alta, sino algo más importante; lo que se quiere transmitir” apunta Shibuya.

Un espectáculo en el que no encontraremos ni orquesta, ni artistas en escena, tan solo seis pantallas que proyectarán la acción y que servirán como el envoltorio tecnológico desde el que Keiichiro Shibuya, quien lo denomina como ‘El ataud’, manejará sintetizadores y generadores de sonidos que complementarán la música del espectáculo, creada a través del Software Vocaloid con el que se generan sonidos y voces cantadas. “Una de las características principales de la música de esta ópera es que está compuesta sin partitura, se ha grabado con un ordenador. Podría decirse que la música por sí sola, casi al 100%, está realizada con un software donde no interviene ningún instrumento tradicional”. Algo que quizá no entusiasme a los más puristas del género, pero que su director argumenta diciendo que “Muchas veces la tecnología se coge como un concepto superficial y es algo más profundo, es como cuando en la época de Mozart había un clarinete nuevo y él lo introducía”.

Además de las composiciones originales creadas en este espectáculo dirigido por el propio Keiichiro Shibuya junto al creador visual YKBX, encontramos varias referencias a La Flauta Mágica de Mozart, a piezas de Phillip Glass o al Parsifal de Wagner.

Texto José Antonio Alba

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