NURIA CASTEJÓN AL FRENTE DE LA DIRECCIÓN DE ESCENA EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA

La Verbena de la Paloma y su homenaje a la profesión

La producción cuenta con el prólogo “Adiós, Apolo” escrito por Álvaro Tato

Belén Gordo

Al Teatro de la Zarzuela llega La Verbena de la Paloma al amparo de su directora de escena Nuria Castejón, que carga en el corazón con la herencia del oficio de los Castejón-Rosado. En este teatro, ya ha dirigido El sobre verde o Zarzuela en danza pero esto es “un encargo más ambicioso”.

Imagen de 'La verbena de la paloma' de Nuria Castejón

Imagen de ‘La verbena de la paloma’ de Nuria Castejón

Hacerse con La Verbena de la Paloma no es cualquier cosa. Es hacerse con Madrid, con el corazón popular, con el calor del agosto, con la Casta y la Susana, con los celos de Julián y con una de las más grandes obras del género chico. Seguramente también rondaban los ensayos el recuerdo de su madre, Pepa Rosado, en el papel de Tía Antonia o de su padre, Rafael Castejón, en el rol de Don Hilarión. Como ella explicaba es “una responsabilidad y un sueño hecho realidad”. La directora del Teatro de la Zarzuela, Isamay Benavente, alababa el trabajo de Nuria Castejón quien -asegura- “se sabe la Verbena como el Padrenuestro y es un gustazo verla en los ensayos”. Porque, además de conocer esta obra minuciosamente, tiene “esa visión coreográfica” del detalle, ese saber ver dónde se ubican y qué hacen todos y cada uno de los intérpretes, cantantes, figurinistas y bailarines sobre el escenario. Así la escena está perfectamente bordada, cual mantón de la China-na-na.

Se trata esta de una producción que ha incorporado un prólogo (de una media hora de duración) escrito por Álvaro Tato que es “un homenaje al oficio y al Teatro Apolo”. Este prólogo, emulando los títulos del género, se titula Adiós, Apolo, sainete cómico lírico en un cuadro y un soneto y está ambientado en lo que sería la última función en este Teatro, el 30 de junio de 1929. Después, como dice el dramaturgo, ¡malditos símbolos!, fue comprado por un banco.

El director musical de esta Verbena, José Miguel Pérez Sierra, tendrá bajo su batuta la posibilidad de sacar el máximo partido a una de las partituras de ambiente madrileño “más ricas y más complejas”. Al fin y al cabo es una obra de Bretón aunque él la considerase, por lo fácil que le resultó componerla, una obra menor comparada con otras de sus creaciones.

Tomás Bretón y aquella fácil composición

Habla el director musical de La Verbena de la Paloma, quien es Director Musical del Teatro de la Zarzuela desde este 2024, con emoción por poder traer un título tan arraigado del folclore popular madrileño, orgulloso de defender una partitura que nos aterriza en aquel Madrid y que “conjuga lo popular con lo culto” de manera excepcional.

Tomás Bretón apostaba por crear una ópera española y, para él, sus composiciones más importantes eran La Dolores (producción por la que el Teatro de la Zarzuela acaba de recibir el Premio Talía a Mejor Espectáculo de Lírica) o Tabaré. Sin embargo, La Verbena de la Paloma caló en el público como uno de los títulos más queridos dentro del aficionado al género. Bretón no entendía que esta composición, sencilla para él, ocupara este espacio y le diera la fama y prestigio que siempre ha tenido. “La verbena es complicada porque Bretón es un músico enorme”, explicaba Pérez Sierra, aunque el compositor renegara un poco de ella por su aparente sencillez.

Un homenaje al Apolo y al oficio

Adiós, Apolo es un homenaje a una época y a una profesión. En este prólogo Álvaro Tato ha puesto en escena el ensayo de la última función de la Verbena de la Paloma antes del cierre definitivo del Teatro Apolo. Allí veremos algunos personajes “típicos” tirando de algún tópico y enredados en anécdotas y en algunos números musicales representativos del género chico.

Este espacio se convierte en un lugar perfecto para hacer un homenaje al género. Es el teatro dentro del teatro. Y después La Verbena de la Paloma tal y como la trajo al mundo Ricardo de la Vega, autor del libreto.

“La Verbena de la Paloma ya no es una partitura o una pieza, es un espíritu, una forma de ser y una forma de estar en el mundo”

La Verbena, una forma de estar en el mundo

Es evidente que toda esta Verbena está copada por el agradecimiento a los referentes del mundo de la Zarzuela. Un ejemplo más de ello es que con esta dirección Nuria Castejón ha agradecido sus enseñanzas a quien ha llamado “su padre lírico”: Emilio Sagi, con quien ha trabajado desde muy joven y del que ha aprendido numerosos detalles de la dirección de escena. Decía Castejón que “muchas veces hay alguien que confía más en ti que tú mismo”.

Ricardo de la Vega hizo para la Verbena lo que en las películas de sobremesa conocemos como un “basado en hechos reales”. De la Vega escribía para la revista La Gran Vía. Su letra era poco legible y muchas veces hablaba con el cajista para descifrar los garabatos. De esta forma, habían cogido confianza, la suficiente para que el cajista le contara que en la víspera de la Virgen de la Paloma había reñido con su novia a quién había visto junto con su hermana paseando en coche de caballos acompañada por un viejo verde. El cajista amenazaba con “armar un escándalo” si los encontraba en la verbena. Esta charla dio origen a la trama de La Verbena de la Paloma o El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos.

Álvaro Tato afirmaba que cree que “La Verbena de la Paloma ya no es una partitura o una pieza, es un espíritu, una forma de ser y una forma de estar en el mundo”. Una demostración de que “la vida es una verbena, de que no importa nada tanto, de que estamos aquí por poco tiempo y de que por qué no bailarnos un chotis juntos”.

Buena compañía para ir de verbena

La producción cuenta con el barítono Borja Quiza para el rol de Julián y Milagros Martín que será su protectora desempeñando el papel de Señá Rita. También escucharemos a la soprano Carmen Romeu que interpretará la Susana y Ana San Martín que hará la Casta. Precisamente, esta última pertenece al Proyecto Zarza, al igual que otros seis compañeros que forman parte de esta producción.

El Don Hilarión está en manos del tenor Antonio Comas y Don Sebastián será Gerardo López. Gurutze Beitia dará vida a la Tía Antonia.

La cantaora Sara Salado también participa en esta producción y Rafa Castejón, heredero también de esa tradición profesional de los Castejón-Rosado. Decía José Miguel Pérez Sierra que él “cuando ve castejones en el reparto, se relaja”. Por algo será.

José Luis Martínez, Nuria Pérez, Alberto Frías, Adrián Quiñones, Ricardo Reguera, Mitxel Santamarina, Ana Goya, Andro Crespo y Alberto Díaz también son parte de esta producción que nos dará una vuelta del brazo por un Madrid verbenero con ese calor constante de los agostos en la ciudad.

Borja Quiza apuntaba que nos daría un titular a la prensa y, no sé si es titular, pero sí que me parece reseñable para su reflexión. Y es que, nos decía el barítono, para él “hacer zarzuela es mucho más difícil que cantar ópera”, entre otras razones, porque los cantantes líricos aquí tienen texto hablado “y los cantantes no tenemos formación para hacerlo. Por eso pienso que hay una parte de oficio tremenda en esta profesión”, una parte que aprendes en gran medida de los referentes con los que vas trabajando.

Todos ellos conforman, además, el cuadro de actores y cantantes del prólogo “Adiós, Apolo” de esta producción.

“Dirigir la Verbena de la Paloma es una responsabilidad y un sueño hecho realidad”

Quizás la Verbena no era la composición favorita de Bretón, quizás la trama no es ni compleja ni sorprendente, pero seguramente por ello es una pieza clave de nuestro repertorio de género chico y es tan grande porque, como dice su libreto, “también la gente del pueblo tiene su corazoncito” y las historias y melodías que se guardan ahí forman parte de nuestra identidad musical y cultural. Así de fácil y de difícil a la vez.

3 curiosidades de La Verbena de la Paloma

  1. ¿Sabías que el libreto está “basado en hechos reales”? Ricardo de la Vega basó esta historia en lo que le contó un cajista con el que trabajaba. En la víspera de la Virgen de la Paloma, había reñido con su novia a quién había visto junto con su hermana paseando en coche de caballos acompañada por un “viejo verde”. El cajista amenazaba con “armar un escándalo” si los encontraba en la verbena. El escritor se lo apuntó y así nació este libreto: La verbena de la Paloma —subtitulada El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos.
  2. El Mantón ¿es de la China o de Manila?- El mantón de seda bordado con motivos florales, pájaros u otros adornos y rematado con flechos es de origen chino. Sin embargo, tomó el nombre de mantón de Manila, por las rutas comerciales que llegaban desde Filipinas.
  3. Género chico. – Cuando se habla de “género chico” nos referimos a la duración de la obra y no a la calidad. Se trata de un subgénero de la zarzuela con una duración de una hora aproximadamente, contrapuesto al género grande, que corresponde a obras de mayor extensión.

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Escrito por
Belén Gordo

Periodista, guionista, locutora, podcaster y despistada profesional. Siempre es buen momento para aprender y el Teatro es un aula perfecta para ello. Admiradora incondicional del cine, la radio y la Zarzuela.

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