El fácil atractivo de School es que los niños tocan en directo. Aparte de ser llamativo, el mérito es hacerlo muy, muy bien, cada día, con diferentes elencos (se necesitan más de 40 para atender las diferentes funciones semanales) y, además, actuar, cantar y bailar. Dicho esto, el musical es más que virtuosismo infantil. Es una bomba de energía, de diversión, de excelente música (el talento de Lloyd Webber -¡vaya vuelta al rock!- está fuera de discusión para crear melodías que te llevas a casa y tarareas sin fin) … y también de entregar un mensaje. Así, uno de los momentos clave es la sentida canción donde los niños ruegan a sus padres que les escuchen (If only you would […]