Cualquier periodista medianamente responsable que a la hora de difundir alguna información haya intentado cumplir con aquella máxima del «no publiques nada que no esté bien contrastado» habrá huido también del mantra tan repetido de «nunca dejes que la verdad arruine un buen titular». Habría que preguntarse si hoy en día esas máximas se mantienen con las nuevas generaciones de periodistas ocupando puestos en redacciones de todo el mundo en una sociedad acechada por las fake news que sobrevuelan como buitres a la espera de un buen festín. Y como no hay blanco sin negro ni sombra sin luz, también habrá quienes recurran más al famoso lema de: «estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros». Precisamente esa diatriba, […]