Alberto Cortés / La Terribilità: Masacre en Nebraska

No aparecen en los balances de lo que más ha gustado en el año. Para mí, sin embargo han sido de los planteamientos más frescos y estimulantes. Y creo que merecen una mención, al menos. Hablo de #Quórum, de Rui Horta en @navesMatadero y de #MasacreenNebraska, de @Alberto_CortesR, en @teatrosdelCanal, dentro del #FestivaldeOtoño. Ambas son resultado de talleres realizados con aficionados. No hay asombros técnicos, ni maravillas interpretativas ni malabares argumentales. Es juego desnudo. Transmiten la alegría y el entusiasmo del juego. Y honestidad. Bastaría con esto para disfrutarlas (te libras al menos de las arengas incendiarias, de los sermones doctrinarios, de los trucos de escena o de las moralinas de tvmovie tan frecuentes y a menudo aclamadas). Pero para mí hay bastante más. #Quórum tiene el efecto contagioso de las músicas callejeras, de los bailes espontáneos en corro en cualquier parque. No es algo que se representa, es algo que sucede, alejado pues de la lógica de producto/beneficio. No consumimos, participamos. Así, cuando abunda tanto el desnudo gratuito en escena y se ha perdido el misterio del cuerpo, se recupera el sentido del pudor. Hay desafío, temor, vergüenza mientras algunos de los participantes se desnudan o semidesnudan. Hay gritos y carreras que huelen a liberación. Hay un pinchazo de melancolía cuando una cantante deambula entre cuerpos vencidos interpretando una conocida canción de Leonard Cohen. Quiero pensar que enlaza con el exorcismo del primer teatro, de los primeros relatos y representaciones, de los que contenían verdad y modelaban la mentalidad de las gentes. La algarabía asamblearia hubiera quedado en caos sin un ojo que ordenase y confiriera sentido. Veo a Rui Horta como alguien que selecciona lo que encuentra y suprime lo superfluo y marca ritmos y silencios. Desde luego, no es un artesano. Construye lenguaje. #MasacrenNebraska comparte muchas de las virtudes casi inefables que veo en #Quórum, aun siendo radicalmente diferente en su plasmación. Es una mosaico de referencias irónicas en el que los reyes y las reinas del así llamado teatro de vanguardia quedan desnudos. No hay líquido más disolvente que el humor. Pero junto a esto, que sería un ejercicio intelectual, estamos de nuevo ante lo que “sucede”. Algunos de los monólogos, disfrazados de frivolidad, exponen esperanzas y temores genuinos. Teatro cocinado en directo. Y de nuevo nos sentimos participes de esa comunión teatral.

@Bartleby, #Tuiteatrero vintage