Avenue Q

Tuve la suerte de ver este musical hace ya cerca de 15 años. Por aquel entonces no vivíamos en la España de los llamados "ofendiditos", con lo que su humor irreverente y provocador, no me resultó tan atrevido como ahora.

Para mi no ha perdido ni una chispa de frescura. Desde el primer minuto Avenue Q nos deja muy clara cuál va a ser la linea a seguir durante el espectáculo y sus canciones, que zasca tras zasca, se meterán en los jardines de lo políticamente incorrecto tocando temas como la homosexualidad reprimida, el racismo o el consumo de pornografía a través de internet.

Más allá de lo valiente de su planteamiento, nos encontramos con unas brillantes interpretaciones por parte de los actores, que, marioneta en mano, hacen alarde de sus voces para que disfrutemos con cada una de las canciones que nos ofrece este particular Barrio Sésamo de la provocación.

Como único punto negativo, el sonido del Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío, con una acústica en ocasiones deficiente que no permite entender con claridad parte de las letras de las canciones.

Si pensamos en marionetas, seguramente se nos venga a la cabeza la palabra “infancia”… Pero por el rótulo y la advertencia del cartel, ya podréis intuir que Avenue Q es un musical creado para “niños grandes”.

Un guiño a Barrio Sésamo, con el que muchos crecimos, que se puede percibir desde el momento en el que pisas el patio de butacas y ves una marioneta de Epi deambulando entre el público.

¿En el escenario? Un vecindario en miniatura que escala a tamaño real a golpe de canción.

“Qué mierda ser yo”, “Si tú fueras gay”, “Todos somos algo racistas”, “Internet es para el porno”… Son algunos de los títulos que suenan a lo largo de la historia. Como veis, nada infantiles…

Son temas llevados al extremo, a veces mostrados de forma MUY explícita y rozando el humor negro, pero que hay que entender como lo que es: una comedia donde, tras toda esta parafernalia, se esconde realmente una crítica social.

El guion, adaptado a Madrid, resulta aún más divertido. Pero si hay algo a destacar, es el papel de los actores, grandes titiriteros, que manejan las marionetas de una forma tan brillante, que al final parece que adquieren vida propia.

En definitiva, se trata de un musical diferente, desternillante, macarra y con su puntito tierno, que te hará querer empadronarte en Avenue Q.

Confieso que me costaba un poco imaginar un musical hecho con marionetas para adultos. Pero en los primeros minutos se entiende fácil y rápido el concepto: tratar temas adultos con marionetas, dibujos o animaciones no es nuevo ni extraño -ni siquiera en televisión, que Trancas y Barrancas ya son parte de la familia- así que tampoco debería serlo en teatro. Es curiosa la mezcla de personajes actores y personajes marionetas, pero es bastante fascinante lo rápido que el espectador entra y entiende el código sin despistarse ni un segundo por un formato al que no está acostumbrado.

Aunque quizá narrativamente algo disperso, Avenue Q es muy divertido, tiene chistes muy actuales que realmente despiertan carcajadas generales, actores talentosísimos con voces que hacen del espectáculo un show completo y muy entretenido. Tiene escenas visualmente muy chulas y al mismo tiempo atrevidas. Otras que parecen casi sketches de televisión. Un buen plan para echarse unas risas con una obra distinta.