Las cosas extraordinarias

Tengo un hermano que siempre insiste en que no va al cine o al teatro ni a ver penas ni a pensar. Yo soy menos selectivo, me gusta que me entretengan. Naturalmente que prefiero reír pero el teatro, como representación de la vida, no es sólo alegría y toca llorar de vez en cuando. Lo de que me hagan pensar es opcional aunque no me desagrada la idea.

Las Cosas Extraordinarias tiene de todo lo anterior sin llegar a los extremos: no te ríes pero sonríes, no lloras pero respiras hondo, te hace pensar pero lo justo porque el texto te lo da tan mascadito que sólo tienes que asimilarlo. Y, lo que es mejor, el público es tan cómplice del texto que es indispensable su participación para que se desarrolle. Y, por lo que vi en las caras del público en general, el sistema funciona.

Dirigida por Pau Roca y, anoche, también representada por él mismo, Las Cosas Extraordinarias nos muestra la forma que tiene una persona, desde su niñez a su madurez, de afrontar la depresión de su madre y sus intentos de suicidio: escribirle una lista de las cosas que importan y por las que merece la pena vivir. Una lista que no deja de crecer y crecer a lo largo de su vida.

En definitiva, esta obra, esta charla distendida, es una invitación a disfrutar la vida, a estar presente en ella, a darnos cuenta de las pequeñas cosas que nos rodean (ésas a las que no prestamos demasiada atención simplemente porque siempre están ahí) y a lucharla cuando sea necesario porque la vida merece vivirla hasta el final.

LO MEJOR: La lección aprendida. Más bien recordada.

LO PEOR: Considerar el color amarillo como una de esas cosas que alegran la vida… ¿en serio? Bueno, como dijo aquél: para gustos… mejor el naranja, ¿no?

Pau Roca dirige e interpreta este monólogo (con matices) de Duncan Macmillan. Una propuesta diferente avalada por El Terrat y Sixto Paz en la que un hombre va desgranando como se aferra a la vida y a la felicidad pese a que parte de su mundo se esta derrumbando.

Una madre astiada de vivir y un padre poco atento a sus necesidades marcan la existencia de este niño que según va creciendo va cayendo en el pozo negro de la tristeza. Su única arma para no caer es un objetivo: escribir una lista con las cosas que le parecen extraordinarias. Esto en un principio era una tabla de salvación para su madre, pero se acaba convirtiendo en una salvación para el.

Es imposible hablar de esta función sin mencionar lo mas curioso que tiene: el montaje. Un solo actor en escena que va contando su vida pero que, de vez en cuando, saca a alguien del público para interpretar a alguno de los secundarios de su vida creando pequeños diálogos con diferentes personajes. Esto es algo muy reseñable y, quizá, aterrador para cierto sector de la sociedad que le espanta ser sacado en una obra de teatro y convertirse en el centro de atención.

Por otro lado, debo decir que, quizá me ha faltado algo en la interpretación de Roca. Quizá he echado en falta algo mas de simpatía, cercanía o alegría; pero desde luego, esto no ensombrece el gran trabajo que hay detrás.

 

Las cosas extraordinarias aborda temas tan delicados como la muerte de un ser querido, el suicidio, el amor o el perdón, siempre desde un punto de vista cotidiano y hasta cómico en ocasiones, reflejando en esencia la vida sin caer en el melodrama.

Un texto muy bien escrito por Duncan Mcmillan y bien dirigido por Pau Roca, una puesta en escena ágil y que integra al público desde el primer minuto y un protagonista que se mete a los espectadores en el bolsillo. Personalmente tenía curiosidad por ver a Brays Efe en un registro no-"Paquiter" y cumple con nota gracias a una gran sensibilidad, verdad y grandes dosis de humanidad.

Hay algunos gags, problemas de ritmo e incluso de texto por resolver pero creo que se trata de afianzar la función en unos pocos días.

Las cosas extraordinarias, es como su propio nombre indica, una obra extraordinaria.

Aborda un tema de gran envergadura como es el suicidio, contado a través de la dura historia con la que un niño se encuentra cuando tiene tan solo 7 años. Brays Efe da vida a este personaje, y lo hace de una manera deliciosamente honesta, humana y sencilla, con esa espontaneidad que le caracteriza.

Nada más entrar se aprecia que la puesta en escena es sencilla, y no se echa de menos nada más. La calidez del Teatro Lara y de todos los que estamos allí alrededor del protagonista es más que suficiente para generar un ambiente cálido, cercano. El público colabora de manera activa durante todo el monólogo, y gracias a esta interacción continua se consigue que cada pase sea único, dando lugar a momentos muy divertidos y emotivos a la vez. Y es que este monólogo es como una montaña rusa de emociones, te conmueve y hace reír a carcajadas en tan solo un segundo.

Saldrás de la sala con cierta nostalgia, con muchas ganas de vivir y de valorar aún más todos esos detalles que hacen que la vida sea maravillosa.

El sonido de la lluvia cuando estás en la cama calentito, 2. Cosquillitas en la espalda 3. El olor a café recién hecho por la mañana…Y tú, ¿qué incluirías en una lista sobre las cosas excepcionales de la vida?

No te la pierdas

Disfruté mucho. Me encontré con un espectáculo poco convencional y muy recomendable. Un formato diferente e innovador que hace a los espectadores partícipes de una lista de cosas que nos hará llorar, reír y viajar. Tres verbos no fáciles de conjugar dentro del tema que trata Las cosas extraordinarias.

Un espectáculo que nos sacude por fuera, nos conmueve por dentro y nos hace salir del teatro con un calor particular y la necesidad de subrayar el amor por la vida.

No os perdáis este montaje excepcional.

Si tuvieras que enumerar todo aquello que te gusta, te emociona y da sentido a tu vida, ¿sabrías elegir qué incluir? No es tan fácil como parece porque la vida, a veces, es precisamente eso: una lista de cosas.

La música de Ray Charles o de Nina Simone, dos abuelos paseando de la mano, el olor de los libros viejos o que te dejen quedarte mirando la tele cuando ya ha pasado la hora de irte a dormir. Son solo algunas de esas cosas extraordinarias para el protagonista de esta obra escrita por Duncan Macmillan y dirigida por Pau Roca.

Mediante el monólogo, que a veces carece del ritmo y de la fuerza esperados para un texto así, Brays Efe da vida a un personaje que trata de llevar al público hasta la catarsis en la intimidad de la sala Lola Membrives del Teatro Lara, el escenario perfecto para conseguir un clima de empatía en el que reír y emocionarse está permitido. Porque, como en la vida, nuestros sentimientos pueden viajar a la deriva. Lo que hoy hace de ti la persona más feliz del mundo, mañana puede llevarte a la oscuridad más absoluta.

En Las cosas extraodinarias todos somos protagonistas. En sentido literal, porque cualquiera puede ser actor o actriz por un día; y en sentido figurado porque, de algún modo, siempre hay algo en el texto que conecta con una parte de nosotros, por muy escondida que parezca estar.

La obra es un viaje a los recuerdos con escala en la nostalgia, que habla de la felicidad y de la tristeza porque, como dijo Rainer María Rilke: “Lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar”.