En Ni flores, ni funeral, ni cenizas, ni tantán, la dramaturga y directora María Goiricelaya nos presenta una historia de superación, ternura y humanidad que está centrada en los cuidados paliativos y en el «buen morir». A través del humor, la emoción y la conciencia social, el espectáculo persigue otorgar un reconocimiento a todas esas otras que acompañan en la última etapa de la vida. Una producción de La Dramática Errante.
Sinopsis
Un padre y una hija convierten el Camino de Santiago, la ruta más antigua de Europa, en un cruce de personajes e historias. Estas ponen el foco en la muerte y abrazan a las personas que acompañan a otras en esta última etapa de la vida.
Un cruce de caminos entre historias que nos invitan a reflexionar sobre la muerte y que brilla como un reconocimiento a todas aquellas personas que dejaron este mundo con dolor y un abrazo a todas esas otras que las acompañan.











