Victoria viene a cenar

Rebeca Fer y Tiffani Guach son las encargadas de dar vida a Victoria Kent y Clara Campoamor en esta obra
con texto de Olga Minguez Pastor y dirección de Carmen Nieves.
Estas dos mujeres se sientan años después de lo que ocurrió en 1931 a limar asperezas, cerrar heridas y reconciliarse, si se puede.
Victoria y Clara tienen una conversación pendiente, pero no sólo como políticas que fueron durante la segunda república , sino como mujeres.
En 1931 tuvieron que unirse, tuvieron que remar juntas en una misma dirección, pero tristemente no fue así.
En la cena que ha preparado Clara nos iremos sumergiendo en la vida de estas dos mujeres adelantadas a su tiempo y de como las decisiones que tomaron las pesó a cada una de forma distinta.
En muchas ocasiones de la obra nos hayamos frente a dos políticas que siguen luchando en su escaño, pero que progresivamente, al pasar los minutos se irán desnudando frente al espectador de una manera mágica para así crear esa resiliencia que todos esperamos.
Rebeca Fer y Tiffani Guach son dos actrices maravillosas y, cada una en su rol, nos transmiten esos ecos del pasado que todavía resuenan en su memoria y en la nuestra.
Victoria viene a cenar es una obra difícil de plasmar en una opinión. Tiene un texto maravilloso que nos hará pensar, recapacitar y le hará justicia a Victoria y a Clara.
También nos pondrá frente a un espejo y es el de nuestra historia y como hemos sepultado el nombre de Victoria y Clara, aunque parece ser que con el paso de los años se han ido recuperando estos nombres.
Victoria viene a cenar es de esas obras que se enredan en mi pelo, me pellizcan el corazón y me hacen suspirar. Sublime y una obra para recordar siempre.

La compañía Pisando Escenario presenta la tercera temporada de su producción 'Victoria viene a cenar', una obra escrita por Olga Mínguez Pastor y dirigida por Carmen Nieves en la que vivimos un encuentro entre Clara Campoamor (Teresa Soria Ruano) y Victoria Kent (Celia Medrano), dos de las mujeres mas famosas de la historia de nuestra democracia. Así, asistimos a una reunión atemporal en el que las protagonistas debaten sobre la votación del sufragio femenino en 1931, en la que Victoria votó en contra y supuso toda una brecha entre ambas. Además, también viajamos a aquel momento y las vemos pronunciar sus famosos discursos.

'Victoria viene a cenar' nos presenta a Clara y Victoria en su versión más humana y cercana, pero también en la más guerrera y reivindicativa. Sus actrices están espléndidas, soberbias, llenas de matices: Teresa Soria Ruano ofrece la dulzura y el carácter mas risueño o luchador de Campoamor, mientras que Celia Medrano muestra la entereza y rigidez de Kent que finaliza con un vibrante monólogo final que encoge el corazón. Juntas forman un fuerte contraste que en ocasiones resulta divertido y en otras explosivo con un resultado sobresaliente y muy bien dirigido. Una puesta en escena sencilla, pero efectiva, les acompaña. Gracias a todo ello, 'Victoria viene a cenar' se convierte en un encuentro pendiente y necesario para seguir avanzando. Una reconciliación de y con dos mujeres que hicieron historia y que nos recuerda tanto los logros de lo que se hizo, como lo mucho que queda por hacer.

El 30 de septiembre de 1931 se debatió en el Congreso de los Diputados el voto femenino. Las diputadas Clara Campoamor y Victoria Kent intervendrían ante el Congreso de los Diputados. Victoria, que habló primero, pidió que se aplazase el voto de las mujeres. Clara, crítica ante su compañera de otro partido, sí que pidió el voto para las mujeres españolas. Ganaron las abstenciones, pero el 1 de octubre se aprobó el voto femenino y las mujeres españolas votaron por primera vez en noviembre de 1933.

Victoria viene a cenar cuenta qué hubiera pasado si Clara y Victoria se hubieran reencontrado tras aquel desencuentro público. Clara le pide explicaciones a Victoria por votar en contra, mientras Victoria le reprocha a Clara su falta de implicación tras su exilio, entre otras cosas. Tanto Tiffani Guarch como Rebeca Fer están espléndidas encarnando a ambas políticas, haciéndonos reconocer a dos importantísimas mujeres de la historia de nuestro país sobre las que a menudo no sabemos casi nada. Una obra que sucede en un tiempo ficticio pero que resuena al presente, que recrea aquellos discursos que pasaron a la historia pero que nadie recuerda, que nos hace ver cómo hemos injustamente olvidado a figuras que fueron clave para el desarrollo de nuestro país y que se merecen, como poco, reconocimiento y visibilidad.