Diana Cazadora es una niña de 17 años que vive en un barrio humilde del sur de Madrid. A falta de cariño por parte de una madre ausente y un padre presente que no se preocupa mucho por ella, su mayor sueño prometedor en la vida es ser actriz. Su vida da un giro en el momento en el que se presenta a un casting y en un ‘golpe de suerte’ es elegida para la serie de moda entre los adolescentes.
La obra de teatro Artemisa de Fernando Grieta dirigida por Sorín Baltés, nos muestra como una niña sufre el precio real de su propio sueño, como se convierte en un producto mediático y lo único que importa es exprimir ese producto hasta límites insospechados independientemente de todo lo demás. Este mundo en el que se adentra Diana no tiene ningún parecido con el mundo que había imaginado o mejor dicho con el mundo que le habían hecho creer que sería el paraíso si conseguía llegar a él. Y es que continuamente nos bombardean con publicidad y vidas engañosas en múltiples medios haciéndonos creer que la verdadera felicidad la tienen esos que aparecen a través de las diversas pantallas y que parecen dioses del mismísimo Olimpo griego, aunque la realidad sea otra.
Artemisa está interpretada por Pilar Morales y Javier Butler. Es sorprendente como estos dos actores se valen y se bastan para interpretar a múltiples personajes sufriendo una metamorfosis continua con un mínimo cambio de vestuario y de pequeños elementos en el escenario. Los dos nos transportan a un mundo muy duro que desgraciadamente existe y que algunos actores y actrices en el camino a la fama han podido sufrir o sufren en sus propias carnes.
Artemisa es una de esas obras que te remueven por dentro cuando las ves, que encierran muchas verdades, que te dejan un poco noqueado y pensativo de camino a casa, y que gracias a la compañía La Caída Produce que la lleva a las tablas, nos permite disfrutarla y abrirnos un poco los ojos en esta triste y cruda realidad. Muy recomendable.
