Los medios de comunicación y las redes sociales tienen la capacidad de convertir en estrellas a las personas y a la vez de anularlas. Y todo en cuestión de pocos días. También se necesita que la persona tenga cualidades naturales, como por ejemplo saber comunicarse, expresar sus ideas con seguridad y contundencia y, lo mejor de todo, tener la capacidad de crear frases que son titulares. Seguro que podemos pensar en personas que han salido de ámbitos muy diferentes que han dejado incluso su trabajo para convertirse solo en tertulianos de radios y televisión porque han cumplido estos requisitos. Y les podrá ir bien siempre que sean coherentes con el personaje que representan, y que, por lo tanto, no mientan entre lo que dicen y lo que hacen.
Esta es la tesis que representa con excelencia la obra de teatro Cacophony . Está claro que es la tesis general, porque los detalles están tan descritos en la obra, que no los revelaremos, se tienen que conocer allí, en la sala del teatro. Y cuando vayáis, comprobaréis que el teatro también atrae a la gente joven, que aplaude la obra dirigida por la directora Anna Serrano Gatell, que es quien a la vez ha traducido (junto con Oriol Puig Grau) la obra escrita por la autora de Liverpool Molly Taylor.
Para acabar, remarco la dificultad de dirigir una obra con actores y actrices que se mueven constantemente en el escenario para explicar una historia que va del pasado al presente. El hilo narrativo está muy bien trabajado, y la actuación de los artistas es memorable. Por ponerle un «pero», diría que la introducción al nudo de la acción es un pelín larga, porque lo más importante es el nudo y el desenlace. Se entiende porque la acción quiere situar bien la narración, pero con menos dedicación, la obra ganaría en dinamismo. Dicho esto, es una obra de 10.