No tengo ni idea de cómo redactar esta recomendación para hacer justicia mínimamente al espectáculo que nos ofrece Los Miserables en el Teatro Apolo de Madrid.
Los comentarios más repetidos a la salida del teatro eran «estoy sin palabras», «increíble», «pelos de punta»… y no es para menos.
No me gusta exagerar por no poner las expectativas demasiado altas a las personas que todavía no han tenido la suerte y el placer de ver la obra, pero es que en este caso sólo puedo decir que es el mejor musical que he visto jamás.
Desde el primer minuto hasta el último, cada número que vemos en escena es impecable. La selección que se ha hecho con el elenco es prácticamente perfecta y lo demuestran en las más de dos horas y media de duración de una historia que te sobrecoge, te aprieta el corazón y lo suelta justo a tiempo para que puedas respirar, reír y sobre todo, llorar. Porque sí, aquí hay que venir preparado pañuelo en mano para soltar más de una lágrima de emoción mientras disfrutamos de una experiencia única.
¿Todavía dudas porque ya conoces la historia? Da igual. ¿Has visto la película mil veces? No importa. ¿Crees que la adaptación al castellano puede estropear las canciones? Ni en broma.
Hazte un favor y regálate una butaca para ver algo que marcará un antes y un después en tu forma de ver musicales. Te lo acabarás agradeciendo.
