Qué curiosa es la memoria. En ocasiones un olor, un sabor, una imagen, nos llevan de vuelta a un momento de nuestra vida con una sensación tan real, que casi notamos que estamos en ese lugar.
A mí me pasa con la música de Mecano. Me teletransporta directamente a 1987, jugando videojuegos en el ordenador Spectrum de mi primo mayor, que siempre tenía la voz de Ana Torroja de fondo.
Por eso, para mí, Mecano es la definición más pura de nostalgia. Y nostalgia es lo que nos ofrece este Mecanexperience, un espectáculo bien cuajado de los temas más representativos (y alguno no tanto) del mayor grupo de música pop que ha dado nuestro país.
Cuatro voces principales se repartirán el protagonismo de sus canciones junto a unos bailarines estupendos. Nos ofrecen unas interpretaciones bastante fieles a las originales, dándoles un extra de emotividad y espectacularidad, y apoyados siempre por una proyección muy acertada de imágenes de fondo.
Quizá el punto que menos me gustó fuera precisamente el de la ausencia de fidelidad de algunas canciones (pocas, por fortuna), que para mí son las verdaderas protagonistas del espectáculo. En esta clase de homenajes, los artistas deberían estar al servicio de la canción y no al revés. Entiendo que quien más quien menos tiene su ego, pero querer cambiar el tono, la pausa y el ritmo de temas absolutamente míticos, a mí me chirría bastante. Sobre todo en un espectáculo en el que se pretende que el público participe coreando las canciones y haciendo de ese momento una auténtica fiesta.
¿Y qué pasa si no eres un gran fan de Mecano? Absolutamente nada. Yo no lo soy, la persona que me acompañó tampoco lo es, y aun así nos descubrimos cantando a pleno pulmón en más de una ocasión durante las casi dos horas de duración del Mecanexperience.
Así que ya sabéis. Si os gusta Mecano aunque sea ligeramente, este es vuestro espectáculo.