Wicked el musical te hechiza de principio a fin: nada más entrar en el teatro, ya puedes augurar por lo que se puede ver de la escenografía que la calidad del espectáculo va a superar tus expectativas, seas o no fan de esta historia, que ahora se ha hecho mucho más conocida debido al salto a la gran pantalla, pero que lleva más de 20 años en escenarios de Broadway o el West End y que ha ganado infinidad de premios.
Y así es, se abre el telón para mostrar una escenografía muy cuidada y espectacular que va dinamizando las diferentes escenas en una danza con todo el elenco. Desde la primera escena ya se puede atisbar que el show será espectacular. Con una Cristina Llorente, en el papel de Glinda, que brilla más que su vestuario, no solo por su interpretación y disfrute encima del escenario, con momentos llenos de risas gracias a los puntos humorísticos de su personaje, si no también porque consigue dejar boquiabierto al público con los números musicales que interpreta. Al igual que Cristina Picos, una Elphaba que sorprende desde el minuto uno y que va in crescendo, su número del final del acto 1 es de lo mejor que he visto en teatro musical en los últimos años a nivel vocal. Un dúo con un magnetismo entre ellas magnífico, que se complementan a la perfección, se potencian y nos regalan momentos mágicos. Un acierto de dirección de David Serrano que las hace brillar, ya que son actrices que hemos podido ver en muchos montajes anteriores que no han sabido sacarles todo su potencial. La partitura es exigente y ellas son capaces de interpretarla y cantarla de 10, suele ser marca de la casa SOM (ahora ATG) lo de no olvidarse de la parte interpretativa en los musicales y darle la importancia que requiere.
Aunque las destaque especialmente a ellas la verdad es que todo el elenco tiene una gran calidad: la manera de funcionar en conjunto, con precisión, sumado a un vestuario muy cuidado y la escenografía que funciona como un reloj, te sumergen en el mundo y la magia de OZ de principio a fin. Ni que decir tiene que el argumento de este musical es muy necesario: igualdad, sororidad, amor sano, justicia, compasión… y todo ello vestido de magia espectacular.
En definitiva, el musical Wicked se merece quedarse en la cartelera de Madrid muchos años, ojalá sea así. ¡Vivan las brujas!
