FITZROY, ESTRENO EN EL TEATRO MARAVILLAS

Amparo Larrañaga: «Yo escalo montaña cada día. La palabra rendirse me cuesta mucho»

Hablamos con Sergi Belbel, Amparo Larrañaga y sus compañeras de cordada en el ascenso al FitzRoy

Fitzroy pase gráfico

Anna Carreño, Cecilia Solaguren, Amparo Larrañaga y Ruth Díaz junto al director de ‘FitzRoy’, Sergi Belbel.

FitzRoy es el gran estreno de 2025 en el Teatro Maravillas. Después de tres temporadas de éxito, Laponia terminó en diciembre sus representaciones y Amparo Larrañaga arranca el año con ilusiones renovadas y con un nuevo desafío: conquistar al público madrileño con esta producción en la que estará acompañada por Ruth Díaz, Cecilia Solaguren y Anna Carreño.

Cuatro mujeres quieren hacer historia. Cuatro escaladoras esperan que el tiempo mejore para completar el ascenso del FitzRoy, una de las rutas de escalada más complicadas del mundo, en La Patagonia Sur, y nunca alcanzada por una cordada femenina. A resguardo, en un saliente de la roca de una zona conocida como La Silla de los Franceses, transcurre toda la acción. Una historia, a 3.000 metros de altura, en la que se combina la comedia y el drama. Como en la vida.

De Laponia a La Patagonia con Amparo Larrañaga

Amparo, ¿Cómo estás? De Laponia a La Patagonia sin respiro. ¿Cómo estás viviendo este cambio?

A. L. Bueno, ha sido duro. Me metí en ello después de que mi hermano Pedro me preguntara si me sentía con fuerza y sí, realmente tenía energía pero ha sido duro compaginar las funciones en Laponia (que eran un no parar y requerían una energía muy grande) con los ensayos de FitzRoy (en las que tampoco se sale del escenario). He estado un poco desubicada, he ido un pelín más lenta pero al final, todo ha ido encajando. Y luego que los finales son siempre complicados. Laponia para mí ha sido un mito; lo he pasado muy bien, he sido muy feliz, me encantaba el personaje, mis compañeros… todo. Y darte cuenta de que se iba a acabar, me ha dado muchísima pena. Tras el periodo de adaptación y centrarme solo en esta obra, aquí estamos.

Laponia se marcha a Barcelona, que se estrenará en marzo, y FitzRoy llega de allí avalada por el éxito.

Y además el personaje que hago yo en FitzRoy, Cati, lo hacía allí Míriam Iscla que en Barcelona interpretará a mi personaje (Mónica) en Laponia. Miriam y yo nos vamos siguiendo.

¿Qué va a ver el público en Fitzroy?

Aparentemente es una comedia, una historia de cuatro mujeres que van a subir una montaña pero de pronto pasa algo, que en una silla a 2.800 metros de altura, trastoca absolutamente toda la subida. Van sucediendo unas bombas detrás de otras.

Ojo, importante no hacer spoiler porque en FitzRoy hay muchos secretos… ¿Quién tiene más secretos de las cuatro?

Exacto, no se puede contar nada. Hay secretos, unos más importantes, otros más frívolos. La clave es que todas tienen un secreto o todas saben un secreto de otras. Y hay conflictos. A mi personaje, Cati, la jefa de expedición que además es psicóloga, lo que le pasa es que no le pasa nada. Todas tienen conflictos menos ella. Pero, ¿hasta donde es capaz de utilizar un secreto que conoce, con tal de subir y lograr su objetivo?

Fitzroy pase gráfico_Amparo Larrañaga

Amparo Larrañaga es Cati, jefa de expedición de la cordada femenina que quiere hacer historia en ‘FitzRoy’.

«¿Moriré con las botas puestas? No creo. Habrá un momento que yo diga, ¡hasta aquí! ¡Ya quiero vivir!»

Haciendo un paralelismo entre la montaña y la vida. ¿Alguna vez te has encontrado en la tesitura de seguir ascendiendo o rendirte?

A mí es que la palabra rendirse me cuesta mucho, hasta pronunciarla. Lo que es un problema porque a veces hay que dejarse llevar, hay que rendirse y hay que arrojar la toalla pero a mí me cuesta mucho. Cuando la decisión depende de mí es difícil que yo me rinda, cuando la decisión no sólo depende de mí… ya es diferente. Pero es verdad que pienso que yo escalo montaña cada día. En el momento que tenemos responsabilidades, que tenemos familia, vidas, la casa, el trabajo… que además tenemos conflictos, madres y padres mayores a los que cuidamos… La vida se convierte en una montaña que escalar cada día.

¿Moriré con las botas puestas? No creo, porque me quedan por el camino muchas cosas por hacer porque no tengo tiempo. Esa sensación a veces de estar siempre tirando de un carro o escalando una montaña… Habrá un momento que yo diga, ¡hasta aquí! ¡Ya quiero vivir! porque llevo trabajando desde los 15 años sin parar.

¿Podría ser FitzRoy la última escalada entonces?

No. Ni de coña. Es muy pronto. Pero la mayor parte de la gente de esta profesión, de mi familia… ¡mi madre tiene 83 años y sigue en activo! Uf, no creo. Yo no querría. Pero es pronto.

En FitzRoy vemos cuatro mujeres al límite. ¿Qué le pone al límite a Amparo Larrañaga?

Muchas cosas en el día a día: injusticias de todo tipo, guerras innecesarias, políticos insoportables, fobias, comportamientos que veo en el coche, insultos. Cada vez tengo menos vida exterior. No tengo redes sociales. Todo el mundo está muy cabreado y llega un momento en el que dices, ¡con lo bien que es llevarse bien, divertirse o reírse!

¿Cómo te gustaría que saliese la gente del teatro después de ver FitzRoy?

Llena. Con la sensación de que ha valido la pena dejarse el dinero porque hayan visto un trabajo bonito, el esfuerzo de unas actrices y una producción que lo están dando todo. Me gustaría que la gente viniera al teatro, que ría, que llore… para mi es más que suficiente porque no tenemos otra misión en el teatro: hacer feliz a la gente con nuestro trabajo, que nos encanta. Que durante hora y media se olviden de sus problemas, que se olviden de todo y que pasen un buen rato.

Fitzroy pase gráfico

Toda la acción de ‘FitzRoy’ transcurre en un saliente de la roca de la montaña, a casi 3.000 metros de altura.

De Barcelona a Madrid con Sergi Belbel

FitzRoy es una producción escrita por Jordi Galcerán y dirigida por Sergi Belbel, un tándem de éxito más que demostrado en El método Grönholm o El Crédito. Para Sergi, este no es un montaje sencillo precisamente “porque hay poca movilidad y mucho texto. Todo transcurre en una misma escena, en un espacio, en un tiempo”, y no hay tregua para las actrices que, de principio a fin, se muestran ante el público en tiempo real.

¿Ha habido muchos cambios respecto a la versión en catalán, Sergi?

Sergi Belbel: No. En realidad hicimos más adaptación del texto original al primer montaje, que para esta versión al castellano. No hemos hecho grandes cambios salvo en el juego de La Frase Maldita que hubo que hacer adaptaciones para facilitar los juegos de palabras. Y hubo que hacerlas porque ese recurso es importante para la obra, ya veréis que aparece en tres momentos clave, y en FitzRoy la palabra es muy importante.

La palabra y la amistad…

Sí. La amistad, la solidaridad. Y también las rivalidades que encontramos en las protagonistas. Si hay una palabra con la que definiría FitzRoy es la sororidad. No es una palabra que me guste mucho pero sí, esa solidaridad que se da entre ellas es clave. El hecho de que sean mujeres, lo es todo. Desde luego, si fueran 4 hombres, no habría sido la misma obra.

«En la función hay amistad, traición, ambición… ¡La vida! FitzRoy es la vida en La Silla de los Franceses»

La cordada femenina del FitzRoy

¿Estáis de acuerdo? ¿Amparo, Ruth, Cecilia, Anna? Solo hay un personaje masculino (Sergio) pero no sale en escena y está interpretado por la voz en off de Jordi Boixaderas. ¿Habría sido una obra diferente si estuviera protagonizada por una cordada masculina?

Amparo: Sí. Creo que se desarrollaría de una manera distinta, sobre todo el final. Aún así, las protagonistas de FitzRoy tienen rasgos y comportamientos muy masculinos si tenemos en cuenta los tópicos más absolutos. De cómo gestionan la ambición o la competición, generalizando mucho, insisto.

Anna: Pues me veo un poco apurada respondiendo a esta pregunta porque aún siendo distintos, y teniendo comportamientos diferentes hombres y mujeres, mis vivencias en grupos mixtos o del mismo género no dista mucho unos de otros. No sé que pasaría si fueran chicos. Probablemente sí que habría cambios.

Cecilia: Los habría pero no solo si fueran chicos, también los habría si cambiaran los personajes en sí independientemente del género. Lo interesante y lo bonito de la obra es que explora dentro de un grupo de cuatro mujeres, la ambición máxima, el qué harías por llegar a conseguir tu sueño. Cada personaje aporta un color y forma de ser. Hay amistad, traición, ambición…

Anna: ¡La vida! Fitzroy es la vida en La Silla de los Franceses.

Ruth: Sería totalmente diferente pero no sé cómo sería. La clave es la ambición, el deseo de trascender y hacer historia. Y ese ansia de inmortalidad no es cuestión de hombres y mujeres. Quizás los temas de conversación serían distintos, las formas de expresarse o relacionarse… pero no lo tengo claro, la verdad.

En FitzRoy se aprecia una labor de documentación e inmersión importante en el universo de la montaña y la escalada… ¿Alguna de vosotras practica o es aficionada a la escalada?

Anna: Nanai de la paraguaya.

Cecilia: Cero pelotero. Hemos tenido que familiarizarnos con los términos, el equipo, el material de la escalada… Pero nos lo han puesto fácil. Han venido profesionales para explicarnos cómo se hace un nudo ballestrinque o un nudo doble para la cordada, por ejemplo. Es un mundo muy particular y nos acercamos con respeto y siendo fieles a la realidad.

Imagen de las protagonistas de FitzRoy Cuatro mujeres al límite

Ana Carreño, Amparo Larrañaga, Ruth Díaz y Cecilia Solaguren protagonizan ‘FitzRoy’ en el Teatro Maravillas.

¿Cómo os sentís ante el estreno?

Cecilia: Ilusionadas y con muchas ganas de saber cómo va a reaccionar el público.

Anna Carreño: Emocionada. Yo tuve la oportunidad de verla en Barcelona y la historia era la misma, claro, pero sí que os puedo decir que la interpretamos de otra manera. Hay colores diferentes. Es bonito pensar que un mismo texto puede ser interpretado de diversas formas según el grupo de actrices.

Cecilia: Es la riqueza del teatro. Yo no la vi pero es una función que ofrece muchas cosas. Hay una analogía muy clara con lo que es escalar. Cuando tú subes una montaña, el final importa pero sobre todo es el trayecto, el viajazo y la preparación. Pasan tantas cosas…

Anna: Y pasan en un sitio muy concreto y muy reducido. La singularidad es estar en todo momento en esta Silla de los Franceses. No te puedes mover de aquí hasta que el tiempo mejore.

Los personajes de Amparo Larrañaga (Cati), Ruth Díaz (Julia), Cecilia Solaguren (Ana) y Anna Carreño (Laura) pasan sus «ratos muertos» jugando a La frase maldita y nos esperan en el Teatro Maravillas para hacer historia. ¿Lo conseguirán? ¡Que no te lo cuenten! Y no aceptes un spoiler bajo ningún concepto. De miércoles a domingo, hasta el 30 de marzo de 2025.

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Escrito por

Periodista, locutora y licenciada en Comunicación Audiovisual. Redactora de la Revista TeatroMadrid, especializada en programación infantil y familiar.

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