Marta Pazos es la directora de ‘Juana de Arco’ y la autora de la obra junto a Sergio Martínez Vila
Nave 10 inaugura su nuevo espacio para la creación y el diálogo escénico con dos grandes nombres de nuestra historia y nuestro teatro; Juana de Arco bajo la dirección de Marta Pazos, quien comparte la dramaturgia con Sergio Martínez Vila. Es la primera producción de Nave 10 Matadero y el primero de los siete estrenos absolutos de la temporada. La obra reescribe el mito de Juana más allá de la versión que ha llegado hasta nuestros días, con un lenguaje inspirado en la poesía y la visión místicas.
Georgina Amorós, Katalin Arana, Macarena García, Lucía Juárez, Bea de Paz, Ana Polvorosa y Joana Vilapuig protagonizan esta revisión de la tragedia de la santa, una joven enfrentada a los poderes de su tiempo y que afirmaba hablar en nombre de Dios.
Con apenas diecisiete años, Juana de Arco acude a la corte del Delfín Carlos VII para que el heredero ponga en sus manos la conducción del ejército. Contra todo pronóstico, consigue levantar el asedio inglés a la ciudad de Orleans y convertirse en una líder para los soldados y el pueblo. Los caminos del espíritu, no obstante, siempre acaban transgrediendo los terrenales, y Juana se precipitará de la gloria al juicio por herejía. Charlamos con su directora para saber cómo se entrelazan estos dos mundos y momentos históricos; la Juana del siglo XV y las Juanas del XIX.
¿Cuáles han sido los pasos para esa reescritura del mito?
Hacer Juan de Arco fue una idea de Luis Luque, una invitación con la que quería abrir este proyecto de Nave 10 y dar espacio a este personaje. Cuando me la lanza, le digo que quiero hablar de Juana de Arco desde la perspectiva de una mujer muy joven y con mucho poder, sobre todo en la palabra y energéticamente, que cambió el curso de la historia. También me interesa mucho la mística del personaje, la conexión con lo invisible y lo divino. Y todo esto es el enfoque que tiene este espectáculo.
¿De qué manera quedan unidos en la pieza el poder religioso/espiritual de Juana y el poder más terrenal de la lucha, de ser una líder en la batalla?
Para mí, tiene más que ver con el poder de lo sagrado / femenino, con el poder que nos ha sido arrebatado a las mujeres y con la conexión de la mujer con la fuerza de la naturaleza. Y después, Juana como canal, como receptora de una información que viene de algo más grande. En su caso, es la religión cristiana y la conexión es desde ahí, pero puede ser aplicable a cualquier religión.
Si en este momento existen muchas Juanas de Arco, desde la ecología a la política, ¿crees que estamos ganando o perdiendo muchas batallas?
Ahora mismo, mientras tú y yo hablamos, hay una mujer sentada en un banquillo en Avignon, enfrente de 51 hombres. Hay muchas batallas que tenemos que luchar. Hay mujeres afganas de las que ni siquiera podemos escuchar su voz en su propio país. Tantas y tantas mujeres… Una atleta olímpica ha sido quemada hace un mes a manos de su pareja. Seguimos viviendo en un mundo muy violento con las mujeres y que está repleto de Juanas de Arco que, con su historia, su actitud, su, infelizmente dicho, martirio, cambian el curso de la historia.
Georgina Amorós, Katalin Arana, Macarena García, Lucía Juárez, Bea de Paz, Ana Polvorosa y Joana Vilapuig forman el elenco de la obra
¿Qué significa para ti cuestionar el liderazgo?
Hablando de poder, el hecho de ser líderes y arrastrar a otras personas tiene que ver con cómo cuidamos y desde dónde hablamos. Cuando tenemos el foco, nuestras palabras y acciones generan un impacto en los demás y necesitamos una revisión; no solo el qué hago sino cómo lo hago. Para mí es importante y estamos en un momento histórico para cuestionarse el liderazgo y en el que están apareciendo nuevos liderazgos desde una ética más respetuosa. Esto ha sido un paso importante desde la tercera ola del feminismo y el #MeToo. Se ha podido constatar mucho y estamos en un momento crucial de cambio histórico.
Si ahora mismo recordases tu primer montaje y pensaras en el camino recorrido, ¿en qué momento profesional te encuentras?
Hace 28 años de mi primer montaje como intérprete y 25 del primero que dirigí. Me encuentro en un momento muy similar, como de primavera y de búsqueda constante. Es verdad que soy una artista en una situación privilegiada. Puedo trabajar con libertad y tengo un soporte, una red familiar, profesional y de mujeres que me sostienen. Estoy en un lugar muy privilegiado. Pero, en esencia, hay cosas que no han cambiado; sigo estando en el mismo lugar de perseguir la transformación y sigo siendo una persona muy curiosa. Siempre quiero ampliar los límites y trabajar en lo inesperado, incluso de mí para mí misma.
¿Qué colores vamos a ver en este montaje?
Hemos elegido el color rojo borgoña, similar al del vino y la sangre. Ella fue apresada por el ejército borgoñón y este color es el que envuelve la escenografía de Max Glaenzel. Es el que funciona como una piel que se hiere o que surge del fuego y de la que se alimenta toda la historia.
Mi última pregunta es una curiosidad como espectadora. En tus montajes, ¿en qué momento eliges el color que lo vestirá?
Es lo primero que aparece. Funciono un poco como las escritoras, que tienen una página en blanco y empiezan a escribir. Yo pienso en el lienzo que tengo y lo primero es el color de lo que lo pinto. Después, va surgiendo el resto. Muchas veces, pinto, literalmente, una parte de mi estudio, un trozo de la pared, para estar trabajando en una inmersión física en el color vinculado al concepto que voy a tratar.
Compra ya tus entradas:
