En la que parece ser la temporada teatral madrileña con más musicales en Madrid, el Teatro de La Latina suma un nuevo estreno absoluto con Los chicos del coro, el musical. A partir del 16 de noviembre, el público podrá ver de nuevo al icónico profesor Mathieu, encarnado por el actor Jesús Castejón, y a Violette Morhange, interpretada por la actriz Natalia Millán. Junto a ellos, el director Juan Luis Iborra mueve la batuta en torno a tres temáticas principales –infancia, música y enseñanza–, enmarcadas en la Francia de 1949, justo después de la Segunda Guerra Mundial.
La historia de esta escolanía está ligada a la pobreza y a los conflictos de unos años en los que, debido a la guerra, muchos menores se quedaron huérfanos. Es el caso de los pequeños protagonistas de este musical, que viven y son educados en un correccional dirigido por el estricto Rachin. Así, la que fuera ópera prima del director francés Christophe Barratier y uno de los fenómenos cinematográficos de 2004, se renueva ahora en el escenario del teatro de la productora Pentación. El elenco se completa con Iván Clemente, Eva Diago, Antonio MM y 75 niños y niñas de entre 6 y 17 años –el punto fuerte de la propuesta–; los pequeños conforman la coral de la Escuela Los Chicos del Coro –de los cuales 15 aparecerán en escena en cada función– junto al director musical Rodrigo Álvarez.
Para conformar el elenco infantil, se convocaron audiciones abiertas con el objetivo de encontrar a niñas y niños amateurs –no profesionales–; de esta forma, los jóvenes intérpretes podrían trabajar desde cero, modelar sus voces y adquirir el color de la coral de Saint Marc en Lyon, que pone música a la película. Para conseguir ese toque, se ha contado con Toni Arenas y Nicolás Martín Vizcaíno, quienes llevaron durante años la gira de esta coral francesa. Y como colofón, la producción ha contado con el buen hacer de tres directores de coro y un profesor de técnica vocal y solfeo para que los alumnos y alumnas estuvieran formados de la misma manera que el coro francés.
Teatro Madrid ha charlado con el director Juan Luis Iborra y los dos actores cabezas de cartel, Jesús Castejón y Natalia Millán, para conocer de cerca cómo ha sido preparar un estreno que ha arrancado con buen ritmo.
Entre tantos musicales estrenados, ¿qué tiene este de especial, qué creéis que va a atraer?
Jesús Castejón. Este es un musical tranquilo, muy bonito y abierto a la reflexión, en el que la gente se lo va a pasar muy bien. Tiene también su parte emocional presente durante toda la función, además del humor y la esperanza.
Juan Luis Iborra. La historia es muy emotiva y, en el proceso, pedí trabajar más sobre la emoción, en equilibrio con la comedia.
Natalia Millán. Siendo absolutamente fiel a la película, aporta un extra de sensibilidad femenina por la inclusión de la profesora de Matemáticas y sus alumnas. Comparado con las grandes producciones de otros musicales al uso, este es más entrañable y cercano. Tengo mucha ilusión y me gusta muchísimo esta historia que vamos a contar.
¿Qué público lo va a disfrutar más?
J.C. Yo recomiendo a la gente que ha visto la película que no espere encontrarse con ella, ya que esta obra es una versión. La película tiene números musicales, pero la obra es un musical. Quien no la haya visto, casi mejor, porque lo va a disfrutar de manera distinta, yo creo.
J.L.I. Hay dos grandes diferencias con respecto a la película. En la obra, no solo cantan los niños, sino también los adultos, todos, incluido el director del colegio. Y también incorporamos niñas, que en la película no hay, con una explicación que se da al principio. Y eso ha dado mucho juego. La ilusión de mi vida era hacer un musical y nadie, hasta ahora, me lo había ofrecido. Es el mejor proyecto de mi carrera, lo tengo clarísimo.
Una coral de casi 75 niños y niñas… ¿Cómo han sido esos ensayos? ¿Qué ha sido lo más difícil?
J.C. Largos y muy curiosos. Son cinco repartos de 15 niños cada uno para cubrir la legalidad con respecto al tema laboral infantil. Eso suponía que cada escena la hemos pasado con cada grupo.
J.L.I. Un proceso muy bonito, pero complicado y muy agotador. Nunca había trabajado con tantos repartos y todo se multiplica, en este caso por cinco, y había que repetirlo todo mucho. Pero trabajar con niños ha sido fascinante y entré en su código siendo un niño más. Ellos te dan mucho, sobre todo porque para la mayoría es la primera vez en un escenario. Yo ahora digo que tengo 75 hijos.
N. M. Son muy estimulantes y hacen que la monotonía no exista, y que cada función sea diferente y un salto al vacío. Con el cambio de elencos, vibras de manera diferente y hay sorpresas.
Entre tantas obras de teatro que habéis hecho, ¿con qué detalle os quedáis de esta?
J.C. De momento, trabajar con niños porque siento que vienes al teatro y estás rodeado de ángeles que cantan y te hacen la vida más agradable. Todos tienen una gran sensibilidad y disciplina. Me llevo mucha vida de ellos. Este es un espectáculo muy sentido, muy bonito.
N. M. Me suelo llevar recuerdos muy buenos, ya que disfruto mucho de los musicales y me siento muy privilegiada porque hago algo que me vuelve loca.
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