Ay, si los baños de los salones de boda hablaran… o si pudiéramos asomarnos por un agujerito en cualquiera de ellos… seguramente tendríamos argumento para unas cuantas obras de teatro y películas, ¿verdad?. ¡Pues ese es el privilegio que tenemos como público en La madre que me parió! Nos convertimos en voyeristas autorizados, con licencia para reír a carcajada limpia, ante los momentos íntimos entre amigas y madres que se desarrollan en el excusado del banquete de una boda, que por cierto, no pinta que vaya a acabar muy bien. El punto de partida es una novia arrepentida que pide ayuda a sus amigas durante el banquete de su boda. La madre que me parió es una comedia de enredo, […]