Me ha encantado el arrojo para decir “¡Estamos hasta el coño!” de estas dos muertitas que son Julieta y Ofelia. Dos mujeres a las que se las suicidan cada dos por tres, cuando lo que a ellas les pasa es que no se pueden aguantar las ganas de vivir lo que no las dejaron -¡las historias siempre se pintan con el tufo machirulo dominándolo todo!- Ni son tan bobas, ni tan mojigatas, ¡ah! Ni tan rechonchas… y, desde el limbo al que están condenadas por suicidas y teatreras, lo chillan en plan alegato feminista. Un texto de Julio Rojas, nacido de un taller supervisado por María Velasco y Alberto Conejero, cañero, lleno de referencias shakesperianas y actuales, ocurrente, cínico, de […]
José Antonio Alba
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