La premisa de la que parte la obra El jefe del jefe es de entrada interesante: El dueño de una empresa de tecnología quiere venderla, pero resulta que cuando fundó la empresa se inventó a un presidente ficticio detrás del que él mismo podía resguardarse cada vez que era necesario tomar decisiones incómodas y tener siempre el favor de sus trabajadores. Ahora que ha tomado la decisión de vender la empresa, el futuro comprador insiste en conocer al presidente y que sea este quien firme el acuerdo. Ante esta tesitura no le queda otra opción que contratar a un actor que, nunca mejor dicho, pueda cumplir con el papel de presidente de la empresa y le ayude a cerrar el […]
Bea López
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