Edu Ferrer: Loser

Voy a ser rápido y al pie. Lo que hace Edu Ferrés en su espectáculo LOSER es algo que no vas a poder ver en ningún otro sitio. Una mezcla de varias disciplinas que consigue sin (casi) ninguna palabra hacer reír y llorar. Un actor en un momento de gracia que se deja el pellejo para dar un espectáculo que consigue lo más importante que puede conseguir: Hacer imaginar.

Recomendadísima.

Una de las cosas que más gracia nos hace a los humanos es ver alguien cagarla y sufrir una y otra vez. La risa es la manera natural que tenemos de liberar tensión y relajarnos, enviando un mensaje a nuestro cuerpo de que todo está bien, que el dolor lo carga otro.

En el teatro y en el cine, la comedia que exagera la violencia física tiene un nombre: slapstick. Grandes figuras como Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd popularizaron la comedia de mamporros, una garantía de diversión dónde, cuanto más gorda la hacen, más risa provoca. Golpes, porrazos, despedidas, plantadas amorosas, caídas desde azoteas, electrocutaciones bestiales… Esta es solo una pequeña muestra de la divertida tortura que sufrirá el Loser, el último miembro de una estirpe ancestrales de Losers que lo han ido cagando desde tiempo immemoriables, que luchará con cuerpo y alma para convertirse en un triunfador.

Loser es una comedia en la que Edu Ferrés nos cuenta la historia de un protagonista no demasiado afortunado, a través de la gestualidad y algún sonido o palabra.

La interacción con el público es un punto a favor pues ayuda a meterse en la vida de este Loser hasta llegar a compadecerlo.

Destaca la crítica social y la manera de poner sobre la mesa determinadas situaciones de nuestro día a día, pero sobre todo refleja lo absurda que puede llegar a ser la naturaleza humana.

Edu se deja la piel en el escenario y suda (literalmente) el personaje, un perdedor que busca su lugar en el mundo. Quizá alguna escena sea algo repetitiva y previsible pero hay que felicitar al actor por su interpretación.

La escenografía consta de pocos elementos que van apareciendo en función de la necesidad. Hay también un juego entre la música y los efectos audiovisuales con ilustraciones que ayuda a seguir la historia. Y como no la voz en off que teje los hilos de la trama.

Un espectáculo diferente con un guion original y un punto amargo que no deja mal sabor de boca.

En ocasiones veo… ¡Payasos! Pero no de los que van pintados y que dan yuyu. A mí me gusta ir a ver a los cómicos de este siglo, a los que sigues por TikTok y que te cuentan historias con las que te sientes identificada. Y este es el caso de Edu Ferrés, un pedazo de artista todoterreno.

Está presentando esta pieza de humor por donde se pasea por el sentimentalismo, la crítica y el gag. El resultado es muy interesante.

Un punto fuerte del espectáculo son las interacciones con el público, una de las disciplinas más complicadas del repertorio teatral: si lo haces bien, recibes una tremenda ovación. Como no funcione, o el público sea rancio, estás vendido. Afortunadamente, la noche que yo estuve funcionó, y la palabra “fabada” obró milagros.

El dominio que tiene Ferrés sobre su cuerpo es admirable: las muecas de la cara, cómo retuerce todo su cuerpo… ¡Admirable! Eso sí, sufrí especialmente por sus rodillas, que en más de una ocasión hinca en la tarima sin compasión.

-------

Te va a gustar: si eres fan de Tricicle, Yllana o La Cubana, y te van los gags simpáticos que "dejan poso". Es un show perfecto para una tarde o noche sin plan, con mucha lluvia fuera y grandes carcajadas dentro.

Advertencia: Tiene algún que otro momento escatológico de los que no soy especialmente fan, pero que a la mayoría de la audiencia parecía encantar.