Nada

¡Qué difícil me parece adaptar al teatro una novela como Nada de Carmen Laforet!

Hace poco que la leí, por lo que la tenía muy reciente. Carmen Laforet es capaz de hacer del subtexto —de lo que, aparentemente, es nada—, un silencio lleno de información. Y eso es precisamente lo que ocurre en las mejores dramaturgias: tiene más significado lo que no se dice que lo que sí.

Se abren las puertas de la sala y se ve enfocada en el escenario una maleta. Es de Andrea, la protagonista de la novela. Esa maleta evoca la ilusión, la esperanza, el anhelo de vivir en aquel lugar alegre que había conocido de pequeña. Pero el tiempo pasa y la vida cambia, el contexto político y social es otro. Lo que se encuentra Andrea dista mucho de lo que ella recordaba.

Creo que adaptar y dirigir esta novela es de valientes, un trabajo nada sencillo. También el interpretar estos personajes tan ricos, tan humanos, tan complejos. Me alegra que, por primera vez, esta gran obra de la literatura de nuestro país haya pisado las tablas de un teatro. La pieza consigue ser fiel a la voz de Carmen Laforet, a su estilo único de escritura, haciendo uso del punto de vista y los monólogos de la protagonista. En ocasiones, no obstante, he echado en falta más silencios, más subtexto por parte de Andrea —aunque es de valorar el gran trabajo de la actriz que la encarna, que sostiene la obra en todo momento—. Desde mi punto de vista, los personajes más conseguidos han sido el de Gloria, el de Angustias, el de Ena y el de Pons y su grupo de amigos, que aportan un toque divertido y ligero a la trama.

En cuanto a la escenografía, me gustaría destacar ese espacio pensado para exponer las escaleras que llevan a la habitación de Román, elemento tan importante en la novela. Me ha encantado además cómo, cuando Andrea está en la universidad o en las calles de Barcelona, los personajes seguían vivos en la casa; un reflejo, para mí, de lo que pasaba en la mente de la protagonista.

Aunque la obra dura poco más de 3 horas, es amena y se pasa muy rápido.

Recomendaría ir a ver este montaje, pero no sin haber leído antes la novela.