Paloma de parque

¿Dónde ha estado Clara Ingold todo este tiempo? ¿Por qué no le hemos visto antes en Madrid? Descubrir el nuevo unipersonal de la actriz, cantante y humorista mallorquina Clara Ingold, Paloma de parque, me ha dejado con un acusado síndrome de abstinencia. Deme más de esta bestia cómica, por favor.

El humor genuino de Ingold parte de un universo muy personal. Irrumpe en la platea del teatro como un huracán y saca petróleo de los quebraderos de cabeza que le hacen perder el sueño, como la presión estética, los traumas propios y adquiridos y los complejos e inseguridades con el físico al que va empujando la sociedad. El tamaño de la nariz o la abundancia de grasa en el cabello, la poca practicidad del sexyness de la ropa interior de picardía, o si hay que sumarse a la lucha contra la tiranía de la depilación son algunos de los temas que toca un monólogo absolutamente singular , que aturde y sorprende constantemente con un lenguaje muy original que salta del standup más clásico al concierto de cantautor indie, el karaoke tronado a un crucero Pullmantur de los 2000, irrupciones hilarantes de hard rock o títeres. Incluso rifa unas bragas entre los asistentes al espectáculo. ¡Un cóctel explosivo de una de las artistas imprescindibles de la escena cómica actual!

Una experiencia teatral con 'Paloma de parque' de Clara Ingold. No recuerdo haber reído tanto y a la vez reflexionado tan profundamente en una noche al teatro. Ingold es simplemente sorprendente en su capacidad de transformar sus vivencias personales en una comedia brillante y, al mismo tiempo, en una crítica mordaz de la sociedad actual.

Cada momento del espectáculo es una delicia, desde los monólogos que te dejan con la sonrisa enganchada a la cara hasta los números musicales que te transportan a reflexiones emocionales. Me he sentido representada con cada tema que ha tocado, desde las presiones estéticas hasta los dilemas personales y sociales que todos compartimos.

'Paloma de parque' no es solo un espectáculo, es una experiencia que te da risa, y, al final de todo, te hace pensar. Clara Ingold es una verdadera maestra de su oficio y esta obra es la prueba definitiva de su talento incomparable para hacernos reír.