Billy Elliot El Musical es una de las funciones más espectaculares que he visto y que todo el mundo debería ver una, dos, tres, las veces que hagan falta y que se puede disfrutar en el Teatro Alcalá de Madrid.
El musical respeta la historia del pequeño Billy que todos conocemos de la película, sin embargo, aquí la historia se llena de grandes decorados, un despliegue de vestuario colorido propio de la Inglaterra de los 80 e iluminación acorde a cada momento. Hay uno en concreto (no voy hacer spoilers) que me dejó fascinada por el montaje y su significado, simplemente se necesitó una luz, una cuerda y dos actores, hasta aquí puedo escribir. Además hay coreografías maravillosas que en más de una ocasión hacen vibrar al público en la butaca.
El reparto es increíble desde el actor más veterano como Carlos Hipólito hasta el más pequeño. En cada función, los actores son diferentes pero todos consiguen proyectar la magia de Billy Elliot y cuando sube el telón, se nota la profesionalidad y la gran familia que han creado en ese escenario.
Aunque el protagonista sea un niño, en ningún momento se trata como un musical para niños, el mensaje también va dirigido a los adultos. Entre baile y baile hay hueco a la crítica en cuanto a la situación de los mineros en esa época que se representa en la familia y que a veces va a eclipsar el deseo de Billy por conseguir su sueño.
¡Es un musical que te invita a soñar!