Bajo la dirección de Sergi Belbel, se presenta Una gossa en un descampat, un texto de Clàudia Cedó que trata, sin tapujos, un tema tabú en la sociedad actual: la muerte perinatal. Se trata de un texto desgarrador que intenta describir, si acaso es posible, lo doloroso que puede ser el hecho de perder a un hijo en las propias entrañas.
Pese a este planteamiento inicialmente trágico y dramático, la representación –en comunión con el texto— trata de alegorizar este dolor y encontrar, estoicamente, algo constructivo en una situación tan trágica. De esta manera, la representación trata de representar la belleza que se puede encontrar en un descampado: todo aquello que se puede aprender, e incluso “disfrutar”, de una situación emocionalmente tan dura.
Este es el eje que vertebra toda la obra, y la dirección, la puesta en escena y los recursos escénicos funcionan en sintonía para garantizar esta lectura. Así, se justifican las dualidades: espacial (un descampado y la reconstrucción –mayormente por parte del espectador— del hospital en el que sucedió toda la trama), de personajes (la protagonista se desdobla en dos actrices: María Rodríguez y Vicky Luengo), de tiempos (un futuro post-nacimiento y todo el proceso del embarazo) e incluso de trama (la narración del embarazo y el estreno teatral).
Este planteamiento dual, por tanto, hace que el espectador esté continuamente moviéndose en una reconstrucción y en saltos temporales (muy bien marcados textualmente y con decorado, sonido, luces…). Se trata el tema de manera que el público debe sumergirse en la narración, haciendo que empatice con la historia y sienta el desgarro que sienten los implicados. Un gran trabajo por parte del elenco y de la dirección, por tanto, hacen que la representación funcione muy bien, aunque con algunos recursos poco justificados (una proyección que acaba por aportar poco a la representación, que solamente la interrumpe).
En síntesis, Una gossa en un descampat es una representación de un texto interesante por su crudeza que plantea una representación en la que el espectador se ve obligado a sumergirse (debido a esa necesidad de reconstruir, de entender y de separar las dualidades señaladas anteriormente). El hecho de que el espectador se sumerja en la representación le llevará a una espiral de emociones que le llevará a conmoverse debido al gran funcionamiento de la escenografía y el gran trabajo del elenco.