Una expedición de 4 mujeres está a punto de llegar la cumbre del FitzRoy, una de las cumbres con más dificultad de la Patagonia y que nunca antes ha sido alcanzada por un grupo de mujeres. Se encuentran a 3.000 mts de altura haciendo un receso, esperando que mejoren las condiciones atmosféricas para seguir adelante.
Entre juegos y charlas, la espera se hace bastante larga para acabar descubriendo la verdadera razón que las ha llevado hasta allí y surgirán las dudas de si seguir adelante o renunciar. Una decisión que tendrán que tomar todas juntas y para la que difícilmente estaban preparadas.
FitzRoy no es más que la escenografía elegida por el autor Jordi Galceran para recordarnos que la estadística se forja con un conjunto de variantes que pueden ir cambiando. El interés común como bandera de un hito colectivo esconde recelos, intereses personales y amor propio que harán resurgir la peor versión de cada una. Y es en los peores momentos cuando cogen fuerza nuestras decisiones.
Un montaje brutal donde las 4 actrices sobresalen con un ritmo distendido y mucho de humor. Los escenógrafos Josep Iglesias y Max Glaenzel han sabido transmitir a Jorba Miró la realización de un decorado a la altura (nunca mejor dicho)
Una obra divertida, para disfrutarla y para pensarla. Con cierta dificultad en los textos (qué nervios he pasado con quee no se equivocaran). Para entender esto que cuento, se tiene que ir