¿Qué podemos hacer cuando no sabemos escapar de lo que somos?
Preguntas así de enormes quedan suspendidas en el aire de la cafetería ecológica donde los monstruos se reencuentran y las plantas te guían en la reflexión. Suena onírico, pero es todo lo terrenal que lo quieras sentir.
Tengo la teoría no contrastada de que las mejores divagaciones suceden delante de un café, y La primavera de los monstruos, un texto escrito y dirigido por Máximo A. Huerta, me lo confirma.
Antonio Aguilar, responsable de la productora El Hangar, interpreta al camarero de este rincón oscuro con focos de claridad. Literal y metafóricamente hablando. Para mí, quien trabaja detrás de una barra es el mejor observador y excelente batuta para que se den conversaciones y se cierren episodios, y aquí, en este umbral entre la culpa y el perdón, es lo que sucede: palabras que sacan al monstruo para ponerlo a dormir, al fin.
Los diálogos que se vierten entre las tazas, cada persona, desde su butaca, se lo va a llevar a un lugar personal y diferente. Yo, sin duda, me quedo con la reflexión de las plantas que habitan este lugar tan peculiar y con la eterna duda que abría esta recomendación: ¿qué haces cuándo no puedes o no quieres escapar de lo que eres?