La comedia es el género que más reivindico. A menudo pasa por frívolo porque sencillamente da risa pero sostengo que es difícil hacer que el público ría. Tampoco quiero decir que las obras que hacen reflexionar y pensar sean fáciles; lo que pienso es que no hay géneros teatrales de primera ni de segunda.
Y ahora voy al grano: La ternura es una comedia de enredos que tiene la guerra de sexos como tema. Tres mujeres y tres hombres, de clases sociales diferentes, convergen en un único punto: no quieren que los hijos respectivos conozcan personas del otro género. En el caso del padre, el caso es extremo porque el hijo pequeño, ya crecidito, no ha llegado nunca a conocer una mujer, no tiene recuerdos de su madre y todo el que sabe sobre el género femenino son maldades, todas las que el padre le ha contado.
La acción llegará a su clímax cuando los seis personajes se encuentren por casualidad en una isla desierta, y a partir de aquí la magia, nunca mejor dicho, hará lo que es inevitable. Y aquí es cuando las risas de los espectadores se suceden, escena tras escena.
El absurdo, el lío, el amor se unen en una obra de teatro inspirada en las obras del escritor William Shakespeare, que el dramaturgo Alfredo Sanzol escribió. Los giros lingüísticos, mordaces y ágiles, son el gran acierto de la obra. Solo por esto ya merece la pena ir al teatro. Por la acción, también, pero visto el planteamiento, el espectador ya sabe cómo acabará. No habrá sorpresas en el guion. Ni tampoco miradas de género integradoras. Estamos en una época antigua, no lo esconde la acción, y no se busca ni integración ni comprensión entre hombre y mujer. Y, también me gustaría destacar el elenco teatral. Excelente. Especialmente destaco el leñador azul, el hijo pequeño, que sabe cautivar el público por el engaño a que ha sido sometido desde pequeño.
¡Ay, por favor, comedias que den risa todo el año! Y queda claro que en una obra basada en el siglo XVI no habrá ninguna mirada más allá del la guerra de sexos típica entre hombres y mujeres. Suerte que ya estamos en el siglo XXI, y que hemos evolucionado y todo esto ha quedado atrás… ¿O todavía no?