Con los musicales en España suelo salir con la misma pregunta: ¿por qué no dejan las canciones sin traducir? Pero ése es otro tema y ya sé que es una batalla perdida porque, como es lógico, hay que adaptar las letras al idioma local.
Me gusta particularmente la obra de Wicked porque tiene un mensaje antifascista que, ahora más que nunca, me parece necesario. Diré que aquí han mantenido la esencia completamente intacta y han contado lo que había que contar.
Es, a todas luces, un super espectáculo, con una producción donde no hay nada dejado al azar y se nota un engranaje muy bien engrasado en su fondo.
Las voces de los actores/cantantes son impresionantes y te envuelven en la historia por completo. También es destacable la elección del vestuario y la escenografía (funcional y atractiva), que terminan de contar la historia de una forma redonda.
Con este musical siempre me ha pasado algo que, en este caso, no es culpa del montaje en sí, sino de la escritura de la historia. El final de la primera parte termina tan arriba (mítica es la canción de Gravedad) que uno se espera una segunda parte apoteósica y…no lo es tanto. Repito, la historia es la que es, y no se puede cambiar, por lo que no sé cómo podría haberse evitado esa sensación. Quizás si el descanso fuera un poco más corto (dura 30 minutos), la segunda parte no se esperaría tan acelerada.
En cualquier caso, recomiendo mucho este musical, porque te saca de la realidad con fantasía, pero a la vez te la muestra de forma cristalina. No lo sé explicar mejor. Hay que verlo y me entenderéis.
