Adrián Pulido dirige ‘El Banquete’, la primera obra de La Ferviente Compañía. Xose Roi Martínez
En un momento actual en el que tan conscientes somos de la imagen pública y personal que dejamos en el mundo, La Ferviente Compañía reflexiona sobre ello con su primera creación, que lleva por título El Banquete. Se trata de una adaptación del famoso diálogo platónico que sirve de excusa para ofrecer un ágape escénico en la sala exlímite y para preguntarse qué legado vamos a dejar y, sobre todo, cómo lo estamos construyendo ahora.
Con el estreno de esta pieza inmersiva el 18 de noviembre, se presentará un menú emplatado in situ por su director, Adrián Pulido, en el que se invitará a parte del público a comer, a beber y a compartir escenario y mesa con las intérpretes. Para ello, Tony Galán ha cocinado a fuego lento una dramaturgia en la que la música y el espacio sonoro tienen vital importancia.
Una mesa y cinco personajes, con diferentes inquietudes hacia sus destinos, son el plato fuerte de este montaje. Cada uno de ellos proyecta y protege su propia imagen ante las demás, a través de la herramienta de distorsión más primaria que tenemos: las historias que nos contamos y que dejarán una huella que podría escapar de nuestro control.
En esta celebración fastuosa, el protagonista es Apolodoro, quien rememora la fiesta del siglo en la que congregó a las personas que más quiere y admira, aunque él nunca estuvo allí. En su parlamento, se irá dando cuenta de que no controla del todo el relato y tendrá que ir esforzándose cada vez más por contar las cosas como él desea, de la forma correcta en la que él quiere que su legado sea transmitido.
El público podrá compartir mesa con las actrices en la obra ‘El Banquete’ en la sala exlimite. Fotografía de Xose Roi Martínez
Los anfitriones serán Carmen Adrados, Tony Galán, Leyre Morlán, Carolina Neka, Reyes García y Eneko Larrazabal, que convierten la pieza en una lucha por defender el propio relato ante las personas que más admiramos. Aludiendo a su título, la comida y la bebida juegan un papel importante. Primeramente, por la conexión entre los personajes y por la invitación a los espectadores y espectadoras a unirse a la historia desde dentro. Y, a continuación, para reflexionar en torno a una mesa sobre el futuro desde el presente.
¿Cómo fijar la versión más justa de los acontecimientos? ¿Cómo se contará nuestra historia cuando ya no estemos ahí para defender nuestro punto de vista? Estas son algunas de las preguntas que lanza este báquico festín que ya se pudo catar en el mismo espacio en junio de este año, en forma de work in progress (bajo el título Excusas para subir al cielo). Ahora, se podrá degustar alrededor de una opulenta mesa los días 18, 19, 20, 25 y 26 de noviembre.
En cuestión de protocolo y para que cada velada sea inolvidable, el convite cuenta con la escenografía de Pablo Chaves, la dirección de movimiento y coreografías de Juando Martínez Montiel, el diseño de luces de Álvaro Guisado Garavito y la música y espacio sonoro de Pablo Sánchez y Juan Sánchez.
Bon appétit!
Información y venta de entradas:
