¿Quién soy? ¿Con quién me identifico? ¿De qué genero soy? ¿Qué me siento? ¿Cuál es mi sexualidad? Todas estas preguntas son las que se plantean a modo de reflexión desde Juguetes rotos, el texto de Carolina Román que parte de una idea concebida junto al actor Nacho Guerreros, quien además protagoniza la función acompañado de Kike Guaza. La obra regresa ahora al Teatro Pavón en Madrid, del 12 al 30 de julio.
Juguetes Rotos cuenta la historia de Mario, un transexual que en pleno franquismo abandona su pueblo en busca de la libertad para llegar a ser quien realmente siente que es. Un viaje que el espectador vivirá a través del recuerdo del protagonista.
Recuperamos la conversación que TeatroMadrid mantuvo con el equipo artístico de Juguetes rotos ante su estreno en la temporada 2017/28.
“La obra comienza con el Mario adulto. Es como un flashback. Una función por la que viajamos por el recuerdo de Mario, de su mente… Veremos cómo se siente en cada momento, en sus sueños. Es una función muy poética que viaja por dentro”, cuenta Nacho Guerreros, quien, para esta cita con el teatro, deja aparcada la comedia. ”Después de hacer tanto tiempo comedia, quería volver a crear algo desde mí y trabajar con la gente que quería (…). Yo soy muy consciente de que muy poca gente confiaría en mí para hacer un drama. Entonces dije: “Si Mahoma no va a la montaña…”, había que reinventarse de nuevo”. Un reto que ha supuesto un viaje duro, pero satisfactorio. “Hubo un entrenamiento previo muy interesante, desde donde hemos podido investigar las zonas rotas. ¿Cuándo nos hemos sentido solos?¿Qué precio se paga por no pertenecer? Y poder trasladarlo de ahí a escena. No hablar de uno mismo, pero sí tocar esa zona para saber de lo que estamos hablando”, añade Carolina Román.
La idea de Nacho y Carolina era contar una historia de acoso. Y al final, esa idea de tratar un caso aislado, les llevó a pensar en el acoso al que están sometidos algunos colectivos por el mero hecho de ser diferentes. Esto desembocó en el tema de la transexualidad: “Me parece como un episodio de Black Mirror. Te despiertas, sales a la calle y eres un peligro social solo por respirar y ser como eres (…). La identidad es lo más básico del ser humano”, comenta la directora.
Para profundizar más en el tema, el equipo contactó con asociaciones LGTBI que les pudieran documentar, una labor de investigación que les ha llevado al descubrimiento del mundo no binario. “No creo en los géneros. Creo que son una construcción cultural”, comenta al respecto Kike Guaza. El actor da vida a Dorin, encarnación de lo que Mario quiere llegar a ser y que los miedos al exterior, y a su interior, no se lo permiten.
El fotógrafo Sergio Parra, con motivo del estreno de esta producción, quiso realizar una exposición con retratos de transexuales ancianos, que hubieran vivido la época del franquismo, y se les descubrió un pasado que no esperaban: ”Nos dijeron que habían fallecido todos”. Un sorpresa amarga que les desveló la asociación 26 de Diciembre, entidad que apoya al colectivo LGTBI de la tercera edad. “Es tremendo darte cuenta de que la mayoría de esa gente se suicidó, que no existen”, comenta Carolina Román. Un terrible pasado que determinó la época en la que acontecería la función. “Nos fuimos con el corazón encogido y con el firme propósito de contarlo”, trasladando los acontecimientos a los años 60 y haciendo del franquismo un personaje más dentro de Juguetes Rotos. “Quería contar con la situación sociopolítica de la época como un personaje más que aterrorizara a Mario; porque muchos transexuales no pudieron salir de esa jaula, estuvieron presos por dentro y presos por fuera», simbología que Alessio Meloni ha sabido retratar en la escenografía como imagen del recuerdo del protagonista.
Juguetes Rotos es un sentido homenaje “a los que ya no están y un deseo de darles ese espacio desde este escenario para reflejar lo que les pasó por ser diferentes”. Eso sí, con un final feliz que arroje algo de luz sobre la memoria de todos ellos. “Es una lanza a favor de lo diferente, que tuviera un poco del brillo que ellos tanto han usado con la varieté y la fiesta. Le queríamos dar ese puntito”, puntualizan Nacho Guerreros y Carolina Román.
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