DEL 20 DE DICIEMBRE AL 5 DE ENERO

Lucas Escobedo: «‘Farra’ es un canto a la vida y a celebrarla»

La compañía Lucas Escobedo reivindica la celebración y el encuentro del circo y el teatro clásico en el Teatro de la Comedia

Bea López
Imagen de 'Farra' de Cia. Lucas Escobedo.

El circo y el teatro clásico se unen en ‘Farra’, el nuevo espectáculo de la Cía. Lucas Escobedo.

Las puertas de la Sala Principal del Teatro de la Comedia se abren para recibir un encuentro escénico genuino. El fénix de los ingenios y otros amigos áureos han decidido unir sus versos al arte de tradición centenaria más espectacular del mundo: el circo. El motivo: invitar al público de todas las edades a gozar de una auténtica farra barroca.

Tras el éxito de YOLO (You Only Live Once) y de Paüra, la compañía valenciana Lucas Escobedo, en co producción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, presenta Farra, una fiesta que es un encuentro de celebración de la vida. La locura del pasado se une a la locura del presente en un espectáculo donde todas las disciplinas se ven atravesadas por la magia del circo.

Cultura y comunidad se reúnen durante el tiempo de carnaval en el Madrid de 1568 o de 1668 o de 2024. Durante las carnestolendas todo es posible, las normas cambian y el mundo se rige por paradojas. A partir de textos de Lope de Vega, Agustín de Rojas, María de Zayas, entre otros, la farra barroca abre la puerta a la música en directo, al lenguaje del payaso y a la acrobacia entre mojigangas, danzas y regocijos. El montaje estará en cartel desde el 20 de diciembre hasta el 5 de enero.

Hablamos con Lucas Escobedo y Raquel Molano sobre todos los motivos por los cuales todo el mundo debe apuntarse a esta fiesta.

¿Cómo surge esta oportunidad?

Lucas Escobedo: Para nosotros ha sido un logro porque la primera reunión la tuvimos en el verano de 2022. Desde la Compañía Nacional conocían nuestro trabajo y fue después de que vinieron a ver Paüra que nos dijeron si queríamos tener una reunión con ellos, que las puertas estaban abiertas. En ese encuentro nos dicen que les gustaría que tuviéramos mucha libertad artística para hacer algo que se enmarque dentro del contenido que pueda albergar esta casa del Siglo de Oro, pero con nuestro lenguaje.

Esto para nosotros fue maravilloso porque teníamos muchas ganas de ceñirnos a textos clásicos y nos apetecía poder hacerlo con libertad creativa para crear un collage de textos de diferentes autores y autoras del Siglo de Oro con parte actual, tanto en prosa como en verso y donde el teatro, el circo, el humor, la música en directo y el canto van de la mano todo el rato.

¿Cómo habéis vivido el proceso de crear un espectáculo que parte de unos textos que ya estaban escritos?

L.E.: El Siglo de Oro es tan extenso que, por un lado, era maravilloso poder contar ya con una base pues de esa calidad artística y literaria. Pero, por otro lado, había una cantidad de material que era muy fácil irnos por las ramas y confundir mi interés personal como estudioso y artista con lo que tiene que ver con la obra. Entonces ha sido muy importante detenerse cuando sentíamos que nos estábamos metiendo en un camino súper interesante, pero que se alejaba de nuestra dramaturgia.

¿Qué habéis descubierto de los autores clásicos?

L.E.: Hemos descubierto mucho sobre el Siglo de Oro. Poco a poco fuimos encontrando más el corsé creativo que necesitábamos. Es decir, hemos seleccionado textos que hablasen del teatro como encuentro, como celebración, como disfrute, como comunidad. Textos centrados en la celebración, el mundo del carnaval, el placer y lo festivo. De ahí viene la farra, de la alegría. Pero también hemos buscado textos que, por contraposición, nos remitieran a lo contrario. Y así, hemos buscado algún texto de pelea porque no hay alegría sin tristeza ni paz sin guerra. Están presentes las espadas del Siglo de Oro. También textos que hablaran sobre el oficio de los cómicos.

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En esta farra barroca la música en directo y el lenguaje del payaso conviven entre mojigangas, danzas y regocijos.

Partíamos de muchísimo material y hemos tenido que hacer una selección. En ese caso ha sido una maravilla y también una seguridad, es decir, encontrar los textos idóneos ha sido muy muy difícil, muy costoso, muy laborioso, pero una vez que los íbamos encontrando teníamos la certeza de estar haciendo unos cimientos con unas palabras que son oro.

¿Qué posibilidades de juego escénico ofrece el carnaval al circo?

L.E.: Nosotros empezamos a telón cerrado y hacemos una loa donde van a aparecer unos personajes. Y en un momento situamos al público y le decimos: «Pensemos que ahora mismo en el teatro que vemos estamos en carnaval y al placer nos entreguemos». Desde esta premisa ya partimos de la idea de que aquí hemos venido a esto, al placer. Y nada más. Y de pronto, se abre el telón y estamos en otro mundo. La primera imagen que vemos es una mujer colgada boca abajo a tres metros de altura porque está empezando un número de acrobacia aérea. Y esta primera imagen que es muy visual, alegórica, lo es todo. Hay como algo de declaración de intenciones. Es muy simbólica para nosotros. Y al mismo tiempo es un reflejo de esta idea de que el carnaval es el mundo al revés; todo está permitido y lo prohibido es posible.

El espectáculo combina el verso con la prosa, lo culto y lo popular, como era propio del teatro . ¿Y cómo habéis vivido ese proceso de combinar vuestro propio lenguaje con el barroco?

L.E.: Ha sido un reto total desde el principio. A nivel textual de repente estamos con un texto del Siglo de Oro total, sin tocar ni una coma y en verso, y de pronto estamos con una prosa actual.

En el mundo del circo se hacen muchas veces como galas, es decir, un número, acaba, sale un presentador o presentadora, otro número y así sucesivamente. No queríamos esa idea. Dentro de que el espectáculo se puede analizar por números o por escenas queríamos que hubiera una cohesión, una unión y que una cosa lleve a la otra. Pero sí que fuimos encontrando pequeñas razones por las que aquí ahora este personaje utiliza la prosa. Y aquí de repente entra en el verso. Nuestro reto era que Farra fuera un viaje, que no fueran dos mundos diferentes entre sí como dos universos.

También vosotros al trabajar siempre con música teníais ya de por sí esa ventaja, ya que el ritmo es el elemento común a todas las disciplinas y el verso es ritmo.

L.E.: Claro, eso es. Como asesor de palabra teníamos a Ernesto Arias y cuando trabajábamos verso con él nos hablaba muchas veces en términos musicales; nos hacía muchas alusiones a la musicalidad y al ritmo. Y decía que el verso es eso. Él nos insistía mucho en que lo teníamos de la mano con la música y nos ha ayudado mucho a abordarlo también desde ahí.

¿Qué creéis que Farra dice de nosotros mismos como personas?

L.E.: Farra es un canto a la vida y a celebrarla. Una reivindicación de la celebración y el encuentro en un momento actual donde estamos hiperconectados y al mismo tiempo cada vez más desconectados. Reivindicar la fiesta teatral que queremos y sentimos que debemos vivir.

En el Siglo de Oro ya era así: asistir al teatro era un motivo de celebración. Actualmente en el circo en España las carpas están despareciendo. Pero tradicionalmente, cuando el circo llegaba a un municipio era una fiesta, una celebración de todo el pueblo.

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La compañía alicantina invita al público a la necesidad de holgarse, de celebrar y de descansar.

Y al mismo tiempo, el espectáculo persigue aumentar los significados del verbo celebrar. A veces pensamos que cuando nos invitan a celebrar no nos apetece en ese momento ir a una fiesta multitudinaria. Bueno, pues no hace falta. A lo mejor en ese momento celebrar es simplemente coger un libro o llamar a una determinada persona. Se puede celebrar de muchas maneras. Y también que cuando alguien nos dice «no seas un corta rollos, venga, estamos aquí todos tan a gusto». El poder decir: «no, no estoy cortando el rollo a nadie, es que ahora mismo no me apetece hacer eso, pero ya está». Y mostrar que eso no es ni mejor ni peor.

Sí, que la celebración también tiene que ir de la mano de la libertad. Que cada uno sea libre de celebrar o no celebrar en el momento que quiera.

L.E.: Sí, de hecho, hay un momento del espectáculo donde hay una escena sobre la censura, pues en aquella época y en todas las épocas realmente la censura ha estado presente. Y entonces hay una pregunta en el aire que plantea: ¿se puede celebrar sin libertad?

Volviendo a lo importante que es la música en vuestra dramaturgia, ¿a qué suena Farra?

Raquel Molano: Por un lado, tenemos un compendio de instrumentos muy, muy amplio. Hemos utilizado repertorio original de la época con textos originales clásicos de autores como Lope, María de Zayas y muchos más. Y también hay otras piezas musicales 100% originales. La música está siempre al servicio de la obra, de lo que queremos contar, porque la música en directo es nuestra marca.

Tenemos una obertura con sonidos bastante folk. Y hay bastante folclore ibérico también en una parte importante del espectáculo, que son los malabares. Luego hay una especie de chirigota gaditana para rendir homenaje a los autores del Siglo de Oro, donde se tocan rumbas, pasodobles y tanguillos. También hay tintes de rock en algún momento. En general es una música muy ecléctica.

Raquel, ¿cómo has vivido el proceso de investigar o de sumergirte en la música propia del Barroco? ¿Cómo ha sido el viaje musical por distintos siglos?

R.M.: Pues he escuchado muchísima música, también del Renacimiento. Y he leído muchísimos textos en relación, por ejemplo, con Calderón de la Barca y su música en el teatro, los recursos que se utilizaban en la época. De alguna manera todos esos referentes aparecen en el espectáculo; se aprecia un pequeño aroma en muchos momentos de la obra. Y luego los sonidos están pasados por el filtro de la actualización y del mensaje de la obra. Por ejemplo, la batería es un instrumento que obviamente es totalmente anacrónico, pero que nos apetecía darle la vuelta y modernizar así todos los sonidos; que nos puedan evocar y llevar a la época, pero pasados por un filtro más actual. Hemos hecho un potaje musical muy interesante.

¿Por qué creéis que grandes y pequeños, es decir, gente de todas las edades, tienen que venir a disfrutar de esta farra que habéis montado?

R.M.: Nosotros queríamos transportar al espectador a la necesidad de holgarse, de celebrar y de descansar. Y luego también la obra es un gran elogio al sentido de comunidad y a la reunión que significa el teatro. Es decir, es un homenaje y muy grande al teatro y a los padres y las madres del teatro. Además, hablar de la celebración en estos momentos que estamos viviendo donde el mundo está patas arriba, nos parece que es algo que conecta a todas las generaciones. Es como un acto revolucionario hoy en día donde la inmediatez, lo rápido de la vida y de las telecomunicaciones nos llevan a olvidarnos del poder de la comunidad.

Imagen de 'Farra' de Lucas Escobedo.

La farra barroca, la fiesta, abre la puerta a la música, la locura, la magia o la acrobacia.

L.E.: Para mí como público es toda una experiencia asistir a un espectáculo donde te ves con personas que son de tu edad y con gente que no tiene nada que ver con tu edad. La posibilidad de esa experiencia heterogénea a mí me parece muy rica. En nuestra sociedad a veces estamos acostumbrados a ir con nuestro grupo y si yo soy de izquierdas o de derechas, pues me junto con la gente que piensa como yo y que comulga conmigo o se viste como yo. Considero que esa vivencia de mezcla es muy enriquecedora.

Por otro lado, me gusta mucho trabajar con la infancia y la juventud. Ellos viven en constante celebración a través de los juegos y de la forma como viven la vida. En cambio, para los adultos la celebración se reserva ya para una ocasión especial, pero para los niños todas sus relaciones son especiales. Y gracias al teatro se produce algo de contagio maravilloso de querer exprimir esa vivencia compartida.

¿A qué estás esperando? Compra ya tus entradas y súmate a la fiesta.

Escrito por

Periodista y filóloga hispánica que ha hecho de su pasión por la cultura y las artes escénicas su forma de vida. Creadora de contenidos editoriales de TeatroMadrid y redactora de la Revista TM.

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