Bajo el lema «Dramas para sacarlo todo. La temporada que nos sale de dentro», el Centro Dramático Nacional (CDN) ha desvelado la programación 2025-2026, una temporada pensada para expresar lo que muchas veces no se puede decir. Su director, Alfredo Sanzol, defiende con claridad que «sacarlo todo y darle forma es un gran desafío», y reivindica el teatro como un espacio donde «hacer visible lo que todavía no es consciente».
Para la presentación de la nueva temporada, el CDN ha decidido sacar las butacas del teatro a la calle, toda una declaración de intenciones para acercarse a la ciudadanía, que también se refleja en su propuesta artística.

El colectivo Las Huecas trae una pieza que nos presentará una convención de líderes de la ultra derecha europea.
Con 21 producciones (14 de ellas estrenos absolutos), 9 montajes familiares en el ciclo Titerescena y 55 actividades de Acción Dramática, esta temporada propone un recorrido emocional, político y poético dividido en cinco grandes bloques temáticos que, como explica Sanzol, buscan «limpiar las impurezas del miedo, socio inseparable del desconocimiento».
1. Sacar la memoria
El primer eje aborda la memoria como campo de conflicto y herencia compartida.
Obras como 1936, Historia de una maestra, Las últimas o The Silence rescatan lo olvidado para enfrentarlo.
En palabras del equipo de Historia de una maestra, esta obra «nos habla del deseo y de la necesidad de aprender y de cómo es el mundo hoy y de qué mundo nos espera, del futuro que nos espera, en una historia actual que es nuestra».
1936 vuelve después de agotar todas las entradas y como obra premiada que ha conseguido 6 estatuillas en los Premios Talía y 5 en los Premios Godot. Puedes leer la entrevista de Luna Paredes a Andrés Lima aquí.

‘1936’ vuelve tras agotar entradas y arrasar en los Premios Talía y Godot.
2. Sacar la violencia machista
Desde distintas perspectivas, cuatro montajes dan forma escénica a las múltiples caras de la violencia contra las mujeres.
En Grito, Boda y Sangre, La Vegetariana, Casi ninguna verdad y Utopía en llamas, el deseo reprimido, el abuso psicológico o la prostitución emergen con fuerza.
La directora de Utopía en llamas, Sandra Ferrús, se pregunta: «¿Qué sucede en el alma de esas niñas y mujeres que son explotadas? ¿Qué nos sucede como sociedad?».
Mientras, Cris Blanco, autora de Casi ninguna verdad, advierte que «La mentira en el amor, todos estos términos en inglés, el gaslighting, el lovebombing, el ghosting, que en realidad son comportamientos que han existido desde siempre, pero ahora les hemos puesto nombre en parte gracias al feminismo».
3. Sacar tiempo para hablar
La infancia, la juventud, la vejez y la construcción del yo protagonizan este bloque donde destacan Zoom. Crecerá un jardín, La vida secreta de los viejos, Dibujo de un zorro herido y El entusiasmo.
Sobre este último, su autor Pablo Remón reflexiona: «¿Qué hacemos cuando sentimos que hemos tomado un camino equivocado? Cada personaje responde a esa crisis de forma disparatada: separándose, escribiendo una novela o metiéndose en una secta. Todos quieren agarrarse a la vida y recuperar el entusiasmo».
4. Sacar lo inexplicable
Risa caníbal, Violencia, Gula, Lexikón y Tinieblas invocan el caos humano con humor, poesía o performance. El equipo de Risa caníbal afirma: «Queremos representar ideas que detestamos, desde el humor, porque somos una compañía de comediantes».
Por su parte, Edurne Rubio, directora de Tinieblas, nos invita a perdernos: «El teatro es un lugar ideal para perderse… y para elegir caminos que nunca habíamos elegido antes».
Y vuelve, después de su fugaz paso por el Festival de Otoño la obra Violencia de Diego Garrido Sanz, puedes revivir el coloquio con el director en el IES Santa Engracia aquí.

‘Gula’ explora, desde la tragedia del clown, el exceso de una sociedad que no digiere.
5. Sacar las relaciones personales del refugio de lo íntimo
El último eje temático trata las emociones más profundas: el duelo, el amor, la ansiedad por la distancia o el deseo de comprendernos.
En La última noche con mi hermano, Sanzol habla de una pérdida íntima, aborda el duelo y la fraternidad desde la muerte y la enfermedad.
Una buena vida, de Carolina África retrata tres vidas cruzadas en un hospital: «Es un homenaje a las historias humanas que habitan con dolor y amor, que nos recuerdan lo bonito que es estar vivo».
También destacan La distancia y Constelaciones, que exploran el amor y el tiempo desde diferentes perspectivas. Esta última se convertirá en un “juguete teatral” con múltiples versiones: «Cada función será distinta, con otra pareja, otra puesta en escena y otra banda sonora», explica Sergio Peris-Mencheta.
Un teatro público libre, inclusivo y con mirada internacional
Una temporada que da voz a nuevos creadores y nos acerca a voces internacionales, algo que, por desgracia, es una excepción en los teatros públicos madrileños. Y que, sin embargo, debería ser un deber institucional.
El programa de Acción Dramática continúa su expansión, con residencias internacionales, nuevos talleres, actividades educativas y una red de colaboración con entidades sociales, culturales y penitenciarias. También se pondrá en marcha el grupo Jóvenes Dramáticos, entre 16 y 25 años, que vivirá la temporada desde dentro.
Puedes ver la programación completa del Centro Dramático Nacional aquí para el Teatro Valle-Inclán y aquí para el Teatro María Guerrero.