Random. Es la mejor palabra «modernita» que se me ocurre para definir esta obra, sin que sea eso algo malo, sino entretenido, curioso, divertido, y sobre todo diferente. Asistimos a una sucesión de escenas en principio sin aparente conexión, donde cuatro actores interpretan más de cuatro personajes, pero que poco a poco van teniendo sentido juntas. La precariedad, la maternidad, la ansiedad, las relaciones, los jóvenes culturetas, la homosexualidad, unas vacaciones en Costa Rica o un poquito de feminismo, entre otro montón de cosas que parece que no tienen nada que ver con nada, pero en realidad sí. Lo absurdo se apodera del texto, de la puesta en escena, hasta el director participa y más que provocar en el espectador […]