Qué espectáculo, Matilda. Qué cantidad de talento, infantil y adulto, qué maravilla de puesta en escena, de colores, de orquesta, de temas, de voces. No sabría por dónde empezar. Impresiona desde el principio la soltura con la que la protagonista, que no debe tener más de 12 años, se mueve por el escenario sin dudar ni una nota, con toda una orquesta a su disposición y un teatro entero -llenísimo- mirándola. Impresionan las coreografías y el coro que forman al tiempo que bailan los nueve niños que forman parte del elenco. Destaca también esa directora del colegio que todos temíamos de pequeños y que ahora es la mala más maravillosa que hemos visto en mucho tiempo, aunque no se entienda […]