Juego de cruces

Dos desconocidos se encuentran. Se encuentran porque han quedado. Una escena sencilla, con un ritmo tranquilo que rápidamente da paso a una transición rítmica, coreográfica y animada para llegar a otra cosa totalmente diferente. Empieza una montaña rusa trepidante de múltiples personajes, tiempos pasados y tiempos presentes, espacios diversos,… ¿en común? La relación entre dos personas.

Con un escenario prácticamente vacío viajamos, gracias al trabajo físico de los intérpretes ( Anabel Riquelme y Jesús Luis Jimenez) a un verano en el pueblo, con el cine, el río, las paseos en bici,… A una discoteca, a una oficina, entramos a casas particulares, bares, supermercado…Y si sumamos la multiplicidad de personajes diferentes que encarnan, muy bien trabajados, al final de la partida hemos asistido a un buffet libre de posibilidades, [Des]Encuentros entre personas donde hay tantas opciones que alguna encontraremos que nos encaje perfectamente con nosotros, otras que no nos digan nada, otras que nos puedan sorprender… Esto va de relaciones, que existen casi tantas como personas y aquí hay una muestra suficiente extensa.

A destacar, como ya he avanzado, el trabajo de cuerpo. No pierden el ritmo ni un momento, las transiciones están vivas y también forman parte del espectáculo, cada movimiento y desplazamiento está medido y es limpio. Muy cuidado todo el trabajo físico y del espacio. Y, aun así, sin perder el juego.

Obra sencilla y entretenida, agradable de ver, con espacio para risas, para sentirse identificada, para entrar en las vidas de otros que ni nos imaginábamos,…y para disfrutar, dejándose llevar por la cascada de propuestas encadenadas de principio a fin.